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Entrelíneas 01

Publicación semanal elaborada por los estudiantes de la asignatura de Producción de Contenidos en Tiempo Real de la Carrera de Periodismo (Universidad de Concepción, Chile).

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David Bowie: el testimonio<br />

final de la estrella negra<br />

Por Pablo Martínez T.<br />

Cover de Blackstar, por David Bowie<br />

Fuente de imágen: www.dorsetecho.co.uk<br />

Cuando el artista británico<br />

anunció el lanzamiento de Blackstar<br />

a fines del año pasado, se<br />

pensó que sería sólo un disco<br />

más de uno de los artistas con<br />

mayor prestigio en la cultura<br />

popular, más allá de la música,<br />

sin tener nada que demostrar a<br />

estas alturas. Hasta que el día<br />

domingo 10 de enero se supo<br />

que el ícono popular falleció de<br />

un cáncer al hígado, dos días<br />

después de cumplir 69 años.<br />

Bowie fue diagnosticado de la<br />

enfermedad 18 meses antes,<br />

pero prefirió guardar silencio y<br />

esperar el momento oportuno<br />

para dar su último testimonio: la<br />

transformación de su muerte en<br />

una obra de arte.<br />

Cartas cruzadas:<br />

el As de diamante,<br />

y las que vienen<br />

después<br />

Si bien este álbum no se puede<br />

entender sin el contexto del<br />

momento personal de David<br />

Bowie, sería injusto señalar que<br />

su deceso es la razón del éxito<br />

del disco, más que la calidad<br />

de los temas. Es cierto que<br />

aquello otorga un valor agregado,<br />

a veces determinante,<br />

pero cualquier obra musical se<br />

sostiene en su materia prima:<br />

las canciones.<br />

Los ladrillos que construyen<br />

Blackstar se unen a partir del<br />

jazz-rock, un estilo musical que<br />

el artista nunca utilizó en sus<br />

trabajos anteriores. Lo más<br />

similar a este concepto fue<br />

el disco Young Americans de<br />

1975, en torno al soul.<br />

El disco comienza con ‘Blackstar’,<br />

un tema de nueve minutos<br />

que cimenta el camino hacia la<br />

oscuridad y la muerte. Luego,<br />

Bowie se aferra al fracaso amoroso<br />

— en ‘Tis a Pity She Was<br />

a Whore’ — y al suspenso con<br />

una instrumentación más dinámica<br />

y digna de una película de<br />

criminales — ‘Sue (Or in a<br />

Season of Crime)’. Sin embargo,<br />

el tema que mejor refleja el<br />

concepto del disco es ‘Lazarus’,<br />

con frases como “Mira aquí<br />

arriba, estoy en el cielo” o “Al<br />

fin seré libre como un azulejo”,<br />

referidas a su muerte.<br />

La obra finaliza con la trilogía<br />

‘Girl Loves Me’, ‘Dollar Days’ y<br />

‘I Can’t Give Everything Away’,<br />

canciones que mantienen el excelente<br />

nivel de Blackstar y que<br />

ponen punto final a una carrera<br />

discográfica impecable. En<br />

definitiva, uno de los mejores<br />

discos de este año y posiblemente<br />

uno de los mejores de<br />

su carrera.<br />

18<br />

Por Yessenia Márquez<br />

Fotografía: Yessenia Márquez<br />

¿Qué harían si un día despiertan y en su correspondencia aparece un naipe con instrucciones? ¿Seguirías las instrucciones? Ed Kennedy<br />

se enfrenta a esta situación cuando una mañana despierta con un sobre en su buzón y su único contenido es un As de diamante y<br />

3 direcciones.<br />

Escrito el año 2002 por Markus Zusak, nos encontramos con un protagonista de 19 años, sin estudios y que se gana la vida como taxista.<br />

Vive solo con su viejo perro Doorman, adicto al café y cuyo olor muy pocos pueden soportar. Pasa sus días sin mucha gloria jugando<br />

naipes con sus tres amigos y lamentándose por el amor no correspondido de la única chica del grupo, Audrey. Eso hasta que su nombre<br />

y foto sale en los diarios después de frustrar el robo a un banco y repentinamente un extraño decide encargarle una misión sin mayores<br />

instrucciones.<br />

Es que a los diecinueve años Bob Dylan ya era un experimentado cantante de Greenwich Village, Dalí ya tenía una serie de obras destacadas<br />

y Juana de Arco era considerada bruja por liderar una revolución. Mientras tanto, Ed Kennedy a sus 19 años sólo manejaba taxis y<br />

bebía cervezas.<br />

En las 378 páginas que tiene el libro nos sumergimos en la peculiar manera que tiene el autor de narrar sus historias, en primera persona<br />

y dando pequeñas pistas que buscan mantener al lector atento a lo que vendrá. Captamos poco a poco como nuestro recién estrenado<br />

héroe evoluciona a medida que cumple los mensajes que le entregan anónimamente. Se puede disfrutar de la aventura del joven<br />

y cómo cambia la vida de las personas que se cruzan en su camino, desde una madre con sus hijos, hasta una muchacha que corre<br />

descalza.<br />

De lectura ligera, si bien no trascendental para la vida, no revela los grandes misterios del universo pero sí va dejando pequeñas enseñanzas<br />

que al momento de llegar a la última página puedes escuchar la voz de Ed diciendo que le gusta estar vivo, y secundar su<br />

pensamiento.

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