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De hecho, la semilla de chía
también se beneficia con betasitosterol
y fitosterol; capaces de
reducir el colesterol. Es por eso
que, después de todo lo anterior,
podemos afirmar que ésta es uno
de los alimentos funcionales más
completos, cuyas propiedades son
benéficas para la salud puesto que
ayuda a combatir enfermedades
como: las cardiovasculares, diabetes,
hipertensión, cáncer; reducir la
coagulación de la sangre y la
inflamación, así como la presión arterial
y los niveles de glucosa en la sangre.
Para su utilización, la
imaginación es el límite. Es posible
agregarlas en todo tipo de recetas
gracias al gel que forma en su
contorno; se puede añadir a batidos,
mezclar con aderezos de ensaladas,
postres o simplemente tomarlo a
cucharadas.
Para hacer la receta del gel,
mezcla 1/3 de una taza de semillas más
dos tazas de agua. Una receta muy
conocida en México y América Central
es la “chía fresca”, la cual se logra al
mezclar las semillas con agua y agregar
limón y azúcar; o también, si buscas
algo más gourmet, busca cocinar
un delicioso pan con chía, así como
bebidas muy interesantes.
superficie gelatinosa que se crea a su
alrededor; absorbiendo diez veces su
peso en agua – y creada gracias a la
fibra soluble que tiene –. Por ello, se
recomienda mezclarla con agua, leche,
jugos o yogurt; al decir mezclar no
queremos indicar nada complicado,
sino que simplemente hay que verter
los granos sobre la superficie liquida
deseada.
Seguimos con las propiedades
relacionadas con el metabolismo,
y es así como aparece la gran
cantidad de nutrientes que hay en
las semillas de chía, donde destacan
vitaminas del grupo B (vinculadas
con la descomposición y asimilación
de alimentos). Hacer la dieta
balanceada no es su única propiedad,
sino que esta semilla contiene una
importante cantidad de flavonoides
(ácido clorogénico, ácido cafeíco y
miricetina), los cuales actúan como
antiinflamatorios, además de ser
excelentes antioxidantes.
Se puede acusar de haber
encontrado al alimento milagroso,
pues los flavonoides también son
antimutagénicos; es decir, que reducen
la frecuencia o tasa de mutaciones
espontáneas. Asimismo, los ácidos
grasos esenciales presentes en la
semilla, sobre todo el ácido alfalinolénico
(ALA), se ha asociado con
la protección contra ciertos tipos de
cáncer y la reducción del riesgo de
enfermedad cardiaca.
Verse bien es sentirse bien, y
viceversa. Entre todos los atributos
antes mencionados, y por si fuese
poco, según la Universidad de Ohio, la
chía reduce los niveles de ansiedad y
ayuda a combatir la depresión, lo cual
–a su vez – permite controlar la ingesta
excesiva de alimentos desde la parte
anímica.
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