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20<br />
ACTIVISMO<br />
CON LOS AMIGOS DEL CANNABIS DE IQUIQUE<br />
SI PUEDES<br />
HACER ALGO,<br />
TIENES QUE<br />
HACERLO<br />
por Boris Mackena<br />
Al norte de Chile un grupo que empezó como una reunión de compinches se transformó en un espacio de referencia para usuarios,<br />
cultivadores y hasta para la municipalidad. Además de propagar trucos de cultivo o asesorar sobre cannabis medicinal, los activistas<br />
también tuvieron que poner la cara cuando llegó la policía a la casa de uno de ellos.<br />
En 2012 Amigos del Cannabis de Iquique<br />
empezó a juntarse. Primero fueron un<br />
grupo de amigos que se dieron cuenta<br />
que llegaba la Marcha Mundial de la<br />
Marihuana. Quisieron participar en su<br />
ciudad e hicieron el núcleo duro de<br />
una organización que sigue creciendo.<br />
Desde que llegaron a Santiago con<br />
sus pancartas, pasó mucho cannabis<br />
debajo de ese puente que es el tiempo.<br />
Pasaron de ese grupo de amigos a una<br />
asociación civil en cuatro años.<br />
Jaime Rojas, es su presidente y fue uno<br />
de los motores de la primigenia asociación<br />
espontánea de amigos. Llegó<br />
de Calama a Iquique para estudiar y<br />
se quedó en la ciudad salitrera de la<br />
frontera norte con Perú. Ahora tiene un<br />
growshop que gestiona con su hermano.<br />
El man, vive de la marihuana, legal.<br />
Una de las primeras cosas que le llamó<br />
la atención de Iquique era la marihuana<br />
que se encontraba por ahí. Ciudad<br />
fronteriza, recibía los cogollos del Perú,<br />
cogollos en rama.<br />
“La tía Tere vendía cannabis a toda la<br />
ciudad, todos le iban a comprar, eran<br />
cogollos mal cultivados y mal almacenados,<br />
pero eran cogollos con semilla.<br />
Hasta llegaba hachís. Eso fue hasta<br />
2012, 2013. Cuando el gobierno reforzó<br />
el control de las fronteras. Entonces<br />
ese tipo de cannabis se remplazó por el<br />
paraguayo, le decimos el paraplex, porque<br />
te deja parapléjico. El paraguayo en<br />
Iquique no se veía, se veía en Calama,<br />
en otras ciudades más extremas. La<br />
gente no es tonta, todo el mundo se dio<br />
cuenta que la calidad bajó. Y con ello<br />
hubo un boom de cultivo en Iquique”,<br />
dice Rojas.<br />
Desde entonces hay mejores olores en<br />
la calle iquiqueña. Es un lugar propicio<br />
para el cultivo, en Iquique hay un<br />
fotoperiodo que permite criar sativas,<br />
florecen todo el año. Además las temperaturas<br />
son relativamente estables y<br />
están dentro del rango de lo que puede<br />
soportar el cannabis. El único problema<br />
que tienen es la mala calidad del agua.<br />
Cultivan sativas, el llamado Punto Rojo<br />
peruano o la Valle Golden.<br />
Junto con el cultivo de cannabis creció<br />
el apoyo popular a la organización que<br />
cada vez se mostraba más y más en la<br />
calle. “Empezamos con las intervenciones<br />
en lugares públicos y la gente se<br />
acercaba porque quería conocer el cannabis<br />
medicinal y eso nos ha obligado<br />
a adquirir el conocimiento para ayudar<br />
a la gente. Esa siempre ha sido la tónica<br />
de las intervenciones que hemos<br />
hecho”, dice Rojas.<br />
Por supuesto, que uno de los grandes<br />
temas que siempre aparece en<br />
la interacción con la ciudadanía es la<br />
información sobre cultivo. “Esa ha sido<br />
nuestra misión, primero nacimos como<br />
grupo de amigos para compartir la<br />
experiencia de cultivar, de compartir<br />
esquejes, semillas, genéticas y de a<br />
poco nos vimos involucrados en informar<br />
a la gente que recurre a nosotros<br />
porque somos los únicos que sabemos<br />
en Iquique, porque estudiamos la planta,<br />
nos empoderamos y ayudamos a<br />
la gente. Es como el dicho, si puedes<br />
hacer algo, tienes que hacerlo”.<br />
Pero las tareas de Amigos de Cannabis<br />
Iquique no se agotan allí. Hace casi tres<br />
años que se constituyeron como una<br />
asociación civil. “Pensamos que insertarse<br />
en la matrix para cambiarla es<br />
una buena estrategia. Hicimos cuatro<br />
años de autogestión sacrificada, logramos<br />
hartas cosas. Queremos ser referentes<br />
del tema, queremos una biblioteca<br />
y un cultivo legal con permiso del<br />
SAG, con figura de club. Funcionamos<br />
como un centro cultural, eso y la personería<br />
jurídica nos ayuda a que el sistema<br />
nos reconozca”. En el centro hay 60<br />
socios inscriptos.<br />
Otro de los caminos por los que les gustaría<br />
transitar es ayudar a la gente con<br />
problemas con la pasta base. Pretenden<br />
crear un centro de inclusión en los<br />
barrios más vulnerables. “Creemos que<br />
el cannabis es una herramienta para<br />
rehabilitar. Las variedades índicas calman<br />
bastante los efectos de la abstinencia,<br />
he visto progreso en algunas<br />
personas”.<br />
Las tareas de una asociación cannábica<br />
son miles y muchas veces insospechadas,<br />
aunque siempre temidas. Un<br />
vecino alertó a una integrante de la<br />
asociación que la policía había estado<br />
preguntando por ella. Al mes llegó la<br />
Policía. Habían decidido no esconder<br />
nada, porque nada tienen que esconder.<br />
Era octubre del 2015. Rojas estaba<br />
abriendo la tienda y sonó su teléfono<br />
avisando del operativo policial. Así que<br />
tomó la bicicleta y llegó tan rápido<br />
como le dieron las piernas. Varios compañeros<br />
ya estaban ahí filmando la<br />
prepotencia policial, asistiendo a los<br />
amigos.<br />
Los policías vestidos de civil se “negaban<br />
a dar su nombre, tenían una actitud<br />
de prepotencia y de buscar la violencia,<br />
nos pegaban empujones, provocaban<br />
para justificar su actuar violento. No<br />
tenían permiso, lo consiguieron luego<br />
con la excusa de que desde la calle se<br />
veían las plantas, algo imposible”.<br />
Los dos responsables de ese cultivo<br />
todavía están en prisión domiciliaria,<br />
esperando un fallo, juntado pruebas.<br />
“La fiscalía los acusaba de narcotráfico<br />
y los acusaba de tener el doble de plantas,<br />
79. Sin tener las pruebas en carpeta.<br />
Mientras que nosotros, fotos en<br />
mano, les mostrábamos que las plantas<br />
eran un puñado”, dice Rojas.<br />
Esa exposición los ha hecho ganarse<br />
un lugar en la ciudad. Donde hasta el<br />
municipio los consulta ahora y organizan<br />
seminarios conjuntamente.<br />
“Llevamos las cremas y los queques a<br />
las reuniones con autoridades. Es posible<br />
la legalización sin mover un pelo de<br />
la ley. Es una cosa de la sociedad, es un<br />
estigma de la sociedad, y eso incluye a<br />
la policía que tiene falta de educación,<br />
se pueden lograr las cosas”, se muestra<br />
optimista Rojas.