02.02.2017 Views

colaborar

hk68sk4

hk68sk4

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

182<br />

La guerra contra las mujeres<br />

rapiña con la naturaleza. Ese huevo de la serpiente que está siendo incubado,<br />

cuya existencia se revela en varios epifenómenos, es un nuevo orden en el cual<br />

el mal es regla.<br />

En distintos barrios del conurbano bonaerense se han visto idénticas acusaciones a referentes<br />

de organizaciones sociales por supuestos abusos de menores, impulsadas por<br />

miembros de grupos criminales con la intención de organizar puebladas y quemarles las<br />

casas. El objetivo es que se vayan del lugar, y disponer del territorio. Pero quienes agreden,<br />

violan y brutalizan a los niños del barrio son las propias organizaciones criminales.<br />

Es la inversión de un procedimiento comunitario, que es ahora adoptado<br />

como una metodología de la bandas pero con intención contraria: destruir la<br />

organización comunitaria, la politización de la gente. En el caso del castigo a<br />

niños varones violándolos, el castigo mismo es la feminización de sus cuerpos,<br />

su desplazamiento a la posición femenina; vale la pena comentar aquí,<br />

la violación de las mujeres es también su destitución y condena a la posición<br />

femenina, su clausura en esa posición como destino, el destino del cuerpo<br />

victimizado, reducido, sometido. Cuando se viola a una mujer o a un hombre,<br />

la intención es su feminización. Esto porque nos atraviesa un imaginario<br />

colectivo que confiere significado a la violación y que establece la relación<br />

jerárquica que llamamos «género», es decir, la relación desigual que vincula la<br />

posición femenina y la posición masculina. Cuando se trata de un niño, como<br />

el caso de este pobrecito al que le cortaron las manos, aparece en el imaginario<br />

general en la misma posición de la mujer, es decir, aquello que tiene que estar<br />

protegido, aquel cuerpo que por definición es un cuerpo tutelado. La falla en<br />

poder tutelarlo, protegerlo de la saña enemiga, es un indicativo de quiebra<br />

moral, una de las formas más importantes de la derrota en un imaginario<br />

que es arcaico, ancestral. La imaginación de género no se modifica fácilmente,<br />

no se modifica por un decreto, tiene tiempos muy largos para el cambio.<br />

Los cuerpos de las mujeres y los niños, en la perspectiva de esa imaginación<br />

de tiempo larguísimo, tienen que estar protegidos. Para eso están los padres,<br />

los hermanos mayores, sus tíos, el intendente, los soldados, que tienen que<br />

custodiar el cuerpo de las mujeres que se encuentran bajo su cuidado, en su<br />

jurisdicción territorial.<br />

Pero en el caso, como sucede en Rosario, de que quienes sufren este tipo<br />

de ataque son niños que ya son potenciales soldados, es decir, que tienen doce<br />

años o más, la estructura, la economía simbólica que confiere significado al<br />

mensaje no es exactamente la misma, porque este es un niño que ya es un sujeto<br />

con relativa autonomía, en la percepción de la consciencia colectiva, por<br />

©<br />

se permite la copia

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!