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Las nuevas formas de la guerra y el cuerpo de las mujeres 77<br />
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se permite la copia<br />
Una de las consecuencias de la existencia de una Segunda Realidad, con su<br />
capital propio, sus «dueños» y sus negocios es la expansión de un campo<br />
bélico de características nuevas, difuso, de difícil aprehensión, que está afectando<br />
progresivamente la vida de las sociedades. Los métodos, las prácticas,<br />
son muy semejantes en los diversos países, se transnacionalizan, delatando<br />
la posible existencia de una agenda común, así como también de conexiones,<br />
migraciones de jefes que se desplazan con sus métodos, y de correos,<br />
que relatan e instruyen sobre las nuevas tácticas. En América Latina, desde<br />
Centroamérica hasta la Argentina, hay un proceso de mafialización de la política<br />
que resulta en guerras del paraestado mafioso y guerras de los Estados<br />
actuando siempre con un brazo paraestatal. Lo que está ocurriendo es una<br />
expansión vertiginosa de lo que podríamos llamar «esfera paraestatal», que<br />
siempre existe porque, en sus variedades, siempre está operativa, y que es inherente<br />
a la naturaleza del Estado, pero que ahora, nuevamente, amenaza con<br />
imponerse sobre la esfera estatal, ya no por el camino de un golpe militar, sino<br />
desde abajo y por una forma nueva de inflación de la dimensión paraestatal<br />
que ya habita dentro del Estado.<br />
Por otro lado, quienes actúan hoy sumergidos en el paraestado mafioso<br />
son en muchos casos los mismos agentes de la represión de los tiempos dictatoriales,<br />
a veces inclusive como recursos humanos de las empresas de seguridad<br />
privada, como también son la mano de obra mercenaria de las compañías<br />
militares privadas que actúan en las guerras transnacionales de hoy, tal y<br />
como ha señalado Azzellini.<br />
La dualidad del Estado fue teorizada por Ernst Fraenkel en la Alemania<br />
nazi (1941); el autor cita a Toennies diciendo que la principal característica<br />
de todo Estado moderno es su naturaleza dual. La co-etaneidad de la regla<br />
y la excepción, como afirma Giorgio Agamben en su relectura de Schmitt,<br />
Benjamin y Kafka (2004), y también Eugenio Raúl Zaffaroni en su relectura de<br />
Gunther Jacobs (2006), es propia de todo Estado en toda y cualquier época, de<br />
paz o de guerra, de democracia y, claro, de autoritarismo. Esa estructura dual<br />
se debe a que ningún gobierno puede actuar solo estatalmente, normativamente,<br />
y debe echar mano de agencias y acciones que Frankel describe como<br />
«prerrogativas» o discrecionales junto a agencias y acciones «normativas».<br />
Si bien en Estados autoritarios esa duplicación es más visible, en tiempos<br />
democráticos se encuentra igualmente operativa. Es imposible controlar<br />
o disciplinar una sociedad nacional, con toda su pluralidad de intereses y<br />
de grupos, solo con las leyes constitucionales. El llamado «gatillo fácil», por<br />
ejemplo, es la consecuencia de que el policía en la calle tiene poder de juez.<br />
El agente estatal policial tiene poder discrecional para juzgar y evaluar si una