05.02.2017 Views

1 Cincuenta de Grey

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

Come como una lima. Debe <strong>de</strong> hacer mucho ejercicio para mantener la figura. De<br />

pronto recuerdo cómo le cae el pijama…, y la imagen me <strong>de</strong>sconcentra. Me<br />

remuevo incómoda. Me mira y me ruborizo.<br />

—Daría cualquier cosa por saber lo que estás pensando ahora mismo<br />

—murmura.<br />

Me ruborizo todavía más.<br />

Me lanza una sonrisa perversa.<br />

—Ya me imagino… —me provoca.<br />

—Me alegro <strong>de</strong> que no puedas leerme el pensamiento.<br />

—El pensamiento no, Anastasia, pero tu cuerpo… lo conozco bastante bien<br />

<strong>de</strong>s<strong>de</strong> ayer —me dice en tono sugerente.<br />

¿Cómo pue<strong>de</strong> cambiar <strong>de</strong> humor tan rápido? Es tan volátil… Cuesta mucho<br />

seguirle el ritmo.<br />

Llama a la camarera y le pi<strong>de</strong> la cuenta. Cuando ha pagado, se levanta y me<br />

tien<strong>de</strong> la mano.<br />

—Vamos.<br />

Me coge <strong>de</strong> la mano y volvemos al coche. Lo inesperado <strong>de</strong> él es este contacto <strong>de</strong><br />

su piel, normal, íntimo. No puedo reconciliar este gesto corriente y tierno con lo<br />

que quiere hacer en aquel cuarto… el cuarto rojo <strong>de</strong>l dolor.<br />

Hacemos el viaje <strong>de</strong> Olympia a Vancouver en silencio, cada uno sumido en sus<br />

pensamientos. Cuando aparca frente a la puerta <strong>de</strong> casa, son las cinco <strong>de</strong> la tar<strong>de</strong>.<br />

Las luces están encendidas, así que Kate está <strong>de</strong>ntro, sin duda empaquetando, a<br />

menos que Elliot todavía no se haya marchado. Christian apaga el motor, y<br />

entonces caigo en la cuenta <strong>de</strong> que tengo que separarme <strong>de</strong> él.<br />

—¿Quieres entrar? —le pregunto.<br />

No quiero que se marche. Quiero seguir más tiempo con él.<br />

—No. Tengo trabajo —me dice mirándome con expresión insondable.<br />

Me miro las manos y entrelazo los <strong>de</strong>dos. De pronto me pongo en plan<br />

sensiblero. Se va a marchar. Me coge <strong>de</strong> la mano, se la lleva lentamente a la boca y<br />

me la besa con ternura, un gesto dulce y pasado <strong>de</strong> moda. Me da un vuelco el<br />

corazón.<br />

—Gracias por este fin <strong>de</strong> semana, Anastasia. Ha sido… estupendo. ¿Nos vemos<br />

el miércoles? Pasaré a buscarte por el trabajo o por don<strong>de</strong> me digas.

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!