05.02.2017 Views

1 Cincuenta de Grey

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

vaqueros me rozan el trasero, pero, la verdad, es un dolor que agra<strong>de</strong>zco, porque<br />

me distrae <strong>de</strong> lo que le está pasando a mi corazón astillado y roto en mil pedazos.<br />

Me agacho para cerrar la maleta y veo la bolsa con el regalo para Christian: una<br />

maqueta <strong>de</strong>l planeador Blanik L23, para que la construya él. Me voy a echar a<br />

llorar otra vez. Ay, no… eran tiempos más felices, cuando aún cabía la esperanza<br />

<strong>de</strong> tener algo más. Saco el regalo <strong>de</strong> la maleta, consciente <strong>de</strong> que tengo que dárselo.<br />

Arranco una hoja <strong>de</strong> mi cua<strong>de</strong>rno, le escribo una nota rápida y se la <strong>de</strong>jo encima <strong>de</strong><br />

la caja:<br />

Esto me recordó un tiempo feliz.<br />

Gracias.<br />

Ana<br />

Me miro en el espejo. Veo un fantasma pálido y angustiado. Me recojo el pelo en<br />

un moño sin hacer caso <strong>de</strong> lo hinchados que tengo los ojos <strong>de</strong> tanto llorar. Mi<br />

subconsciente asiente con la cabeza en señal <strong>de</strong> aprobación. Hasta ella sabe que no<br />

es el momento <strong>de</strong> ponerse criticona. Me cuesta creer que mi mundo se esté<br />

<strong>de</strong>rrumbando a mi alre<strong>de</strong>dor, convertido en un montón <strong>de</strong> cenizas estériles, y que<br />

todas mis esperanzas hayan fracasado cruelmente. No, no, no lo pienses. Ahora no,<br />

aún no. Inspiro hondo, cojo la maleta y, <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> <strong>de</strong>jar la maqueta <strong>de</strong>l planeador<br />

con mi nota encima <strong>de</strong> su almohada, me dirijo al salón.<br />

Christian está hablando por teléfono. Viste vaqueros negros y una camiseta. Va<br />

<strong>de</strong>scalzo.<br />

—¿Que ha dicho qué? —grita, sobresaltándome—. Pues nos podía haber dicho<br />

la puta verdad. Dame su número <strong>de</strong> teléfono; necesito llamarlo… Welch, esto es<br />

una cagada monumental. —Alza la vista y no aparta su mirada oscura y pensativa<br />

<strong>de</strong> mí—. Encontradla —espeta, y cuelga.<br />

Me acerco al sofá y cojo mi mochila, esforzándome por ignorarlo. Saco el Mac,<br />

vuelvo a la cocina y lo <strong>de</strong>jo con cuidado encima <strong>de</strong> la barra <strong>de</strong> <strong>de</strong>sayuno, junto con<br />

la BlackBerry y las llaves <strong>de</strong>l coche. Cuando me vuelvo me mira fijamente, con<br />

expresión atónita y horrorizada.<br />

—Necesito el dinero que le dieron a Taylor por el Escarabajo —digo con voz<br />

clara y serena, <strong>de</strong>sprovista <strong>de</strong> emoción… extraordinaria.<br />

—Ana, yo no quiero esas cosas, son tuyas —dice en tono <strong>de</strong> incredulidad—.<br />

Llévatelas.

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!