05.02.2017 Views

1 Cincuenta de Grey

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

Será el Mac. Los dos me agarran por la cintura mientras nos dirigimos al<br />

aparcamiento.<br />

Siempre olvido el calor insoportable que hace en Savannah. Al salir <strong>de</strong> los<br />

confines refrigerados <strong>de</strong> la terminal <strong>de</strong> llegadas, nos cae encima la manta <strong>de</strong> calor<br />

<strong>de</strong> Georgia. Buf… Es agotador. Tengo que zafarme <strong>de</strong> los brazos <strong>de</strong> mamá y <strong>de</strong><br />

Bob para quitarme la suda<strong>de</strong>ra con capucha. Menos mal que me he traído<br />

pantalones cortos. A veces echo <strong>de</strong> menos el calor seco <strong>de</strong> Las Vegas, don<strong>de</strong> viví<br />

con mamá y Bob cuando tenía diecisiete años, pero a este calor húmedo, incluso a<br />

las ocho y media <strong>de</strong> la mañana, cuesta acostumbrarse. Cuando me encuentro al fin<br />

en el asiento <strong>de</strong> atrás <strong>de</strong>l Tahoe <strong>de</strong> Bob, maravillosamente refrigerado, me quedo<br />

sin fuerzas, y el pelo se me empieza a encrespar a causa <strong>de</strong>l calor. Des<strong>de</strong> el<br />

monovolumen, les envío un mensaje rápido a Ray, a Kate y a Christian:<br />

*He llegado sana y salva a Savannah. A :)*<br />

De pronto pienso en José mientras pulso la tecla <strong>de</strong> envío y, en medio <strong>de</strong> la neblina<br />

<strong>de</strong> mi fatiga, recuerdo que su exposición es la semana que viene. ¿Debería invitar a<br />

Christian, sabiendo que no le cae bien José? ¿Aún querrá verme Christian <strong>de</strong>spués<br />

<strong>de</strong>l e-mail que le he mandado? Me estremezco <strong>de</strong> pensarlo, y me lo quito <strong>de</strong> la<br />

cabeza. Ya me ocuparé <strong>de</strong> eso luego. Ahora voy a disfrutar <strong>de</strong> la compañía <strong>de</strong> mi<br />

madre.<br />

—Cielo, <strong>de</strong>bes <strong>de</strong> estar cansada. ¿Quieres dormir un rato cuando lleguemos a<br />

casa?<br />

—No, mamá. Me apetece ir a la playa.<br />

Llevo mi tankini azul <strong>de</strong> top atado al cuello, mientras sorbo una Coca-Cola light<br />

tumbada en una hamaca mirando el océano Atlántico. Y pensar que ayer, sin ir<br />

más lejos, contemplaba el Sound abriéndose al Pacífico. Mi madre gandulea a mi<br />

lado, protegiéndose <strong>de</strong>l sol con un sombrero flexible <strong>de</strong>smesuradamente gran<strong>de</strong> y<br />

unas gafas <strong>de</strong> sol enormes, tipo Jackie O, sorbiendo su propia Coca-Cola. Estamos<br />

en la playa <strong>de</strong> Tybee Island, a tres manzanas <strong>de</strong> casa. Me tiene cogida <strong>de</strong> la mano.<br />

Mi fatiga ha disminuido y, mientras me empapo <strong>de</strong> sol, me siento a gusto, segura y<br />

animada. Por primera vez en una eternidad, empiezo a relajarme.<br />

—Bueno, Ana… háblame <strong>de</strong> ese hombre que te tiene tan loca.<br />

¡Loca! ¿Cómo lo sabe? ¿Qué le digo? No puedo hablar <strong>de</strong> Christian con mucho

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!