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El tango nuestro de cada día<br />
Hola amigos! Inauguro hoy esta columna con la ilusión de hacer conocer<br />
más a nuestra música ciudadana: el tango. Abrevo para ello en fuentes<br />
autorizadas por sus saberes: José Gobello (26/9/1919 – 28/10/ 2013)<br />
historiador, poeta, escritor y ensayista especialmente en lunfardo; Gabriel<br />
Soria, Presidente de la Academia Nacional del Tango é historiador y mi amigo<br />
Hugo Bianchi, que además de tanguero, ha realizado un estudio sobre<br />
Tango & Marketing. Y recurriendo a este verdadero tratado, mi intención<br />
persigue un objetivo: En marketing se asevera “Cuanto más conozcamos al<br />
cliente, más cerca de satisfacerlo estaremos”. Por lo tanto, cuanto más conozcamos<br />
al tango, más lo apreciaremos y ojalá....querramos.<br />
Según la historia entre 1880 y 1910 las corrientes inmigratorias provenientes<br />
de España, Italia, Rusia, Checoslovaquia multiplicó por 6 la población de<br />
nuestro país. Gran parte de ella se radicó en el Interior, aunque otra parte,<br />
especialmente hombres solos, que venían a “ver” como les iba, lo hacían en<br />
Buenos Aires. “Así esta ciudad se encuentra con que la mitad de su población<br />
son inmigrantes recién llegados, con poca instrucción, de distinta nacionalidad<br />
que hablan distintos idiomas, hombres jóvenes, que añoran su<br />
terruño, su familia y sus amistades; enfrentados a construir solos una nueva<br />
vida, para lo cual no habían sido preparados”. La mayoría se aloja hacinada<br />
en lo que dio en llamarse “conventillos” (del diminutivo de convento), algunos<br />
de ellos muy famosos, como “el conventillo de la paloma” 1 , entre las<br />
calles Serrano y Thames en el barrio de Villa Crespo. Serán los personajes<br />
que popularizan los sainetes y obras teatrales de la época y las letras de los<br />
tangos de entonces. “Ese mundo efervescente fue el partero del Tango, el<br />
que le cortó el cordón umbilical, pero también el que se llevó al hijo lejos de<br />
sus padres, para que no se encontrasen. Así el componente negro desapareció<br />
del Tango. No hay en el nuevo género los elementos de percusión propios<br />
de la cultura afroamericana, como el tambor o el tamboril, ni el ritmo melódico<br />
ni la forma de cantar y dividir las frases”, lo asevera Hugo Bianchi. Se<br />
asegura que el tango ayudó a la integración de estos inmigrantes con la población<br />
de origen. Esta apretada introducción ilustra el ambiente social y<br />
económico en el que nació el tango a fines del siglo XIX.<br />
1 Retratado en un exitoso sainete de Alberto Vacarezza.