REVISTA MUNDO CORPORAL IMPRESIÓN 1
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cado, que a pesar de las negativas del contexto desarrolla<br />
los “anticuerpos” que favorecen su libre desarrollo en un<br />
mundo que no contempla una semilla diversa, un mundo<br />
que normaliza y hace parte del mercado a todas aquellas<br />
semillas que no son capaces de enraizar sus ideales<br />
y cuando viene la maquina fumigadora del capitalismo<br />
son tan débiles que sucumben ante ella. Hoy, esas semillas<br />
revolucionarias que sin afán de asomar, se tomaron<br />
el tiempo de sembrar profundamente las ideas que trajo<br />
la tierra del saber, aprovecharon cada riego realizado<br />
por manos ásperas y sabias de un grupo de agricultores<br />
que bien han sabido preparar la tierra, la corporeidad,<br />
donde surgirán las nuevas posibilidades de desarrollo,<br />
que rompa con la semilla gris del eurocentrismo<br />
y reconozca el fruto de quien habita la tierra que pisa.<br />
Hace parte ya de los menesteres de las semillas cultivadas<br />
en las tierras de la experiencia corporal, la necesidad<br />
de posibilitar y potenciar el desarrollo de diversidad, de<br />
revolución, de esa a la que le teme el estado y sus diversas<br />
formas del poder hegemónico, que se encuentra<br />
actualmente instaurado en Colombia y el mundo y desde<br />
una pedagogía del amor que, coherente con la propuesta<br />
de (Maturana y Nisis, 1995) donde señalan que:<br />
desarrollo de los diversos integrantes de un nicho social.<br />
No debemos enseñar valores, sino vivirlos desde la biología<br />
del amor, cultivarlos en nuestra corporalidad, a partir del<br />
respeto a sí mismo que surge en vivir/convivir en respeto<br />
mutuo. De la misma forma, no deberíamos preocuparnos<br />
en desarrollar individuos útiles a su comunidad, individuos<br />
responsables y preparados para el futuro del trabajo,<br />
ya que esos aspectos deberían resultar, naturalmente, de<br />
su propia formación. Esto es importante y merece una reflexión<br />
más profunda de cada uno de nosotros. (pág. 22)<br />
Análogamente, cabe preguntarse si efectivamente los pares<br />
académicos, los compañeros pretenden gestar dicha<br />
revolución y es evidente que sí. En últimas la labor revolucionaria<br />
no necesita más que la convicción transformadora<br />
de que se puede llegar a ser diferente y que puede<br />
ser promovida desde diversos ángulos, con una perspectiva<br />
integradora, es decir, todos los procesos por diversos<br />
que sean si plantean el progreso de la sociedad tendrán<br />
cabida en la perspectiva de una semilla revolucionaria.<br />
Finalmente se hace plausible la idea de que fomentar semillas<br />
nuevas y renovadoras en las tierras Americanas,<br />
requiere la perspectiva amplia y compleja que se ofrece al<br />
interior del programa, quien se enfrenta con la propuesta<br />
del hecho y la práctica social que es la educación física, ha<br />
de ser un sujeto que propicia las oportunidades para que<br />
al final, la sumatoria de experiencias potencie el<br />
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