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MIAMI<br />
EN LAS CALLES : Agosto, 1978.<br />
En las calles nuestras, la gente<br />
con pies de plomo ya casi<br />
que ni se notan y mas bien, la<br />
gente nuestra, de pronto como<br />
Mercurio, se ha puesto alitas en<br />
las corvas y están que viajan por<br />
todas partes.<br />
De estas, donde primero apuntan<br />
es Miami, el puerto puerta<br />
de Estados Unidos, para los<br />
Latinoamericanos.<br />
Tarde o temprano, con<br />
fondos propios sacados de<br />
los acumulados debajo del<br />
catre, escondidos en el baúl<br />
o prestados a la quinceañera<br />
abrileña, para allá se enfila la<br />
gente nuestra por una o más<br />
de estas razones. De negocio,<br />
de salud o para descansar o<br />
divertirse, que son muy pocos.<br />
Para ir a Miami y contar el<br />
cuento, que son los más. Y<br />
aventurándose en algo, que<br />
son los menos, pero que a la<br />
final son los que más llaman la<br />
atención.<br />
De este grupo minoritario,<br />
la prensa se encarga de<br />
promocionar a los que trafican<br />
con marihuana, roban o hacen<br />
noticia y la mayor parte pasan<br />
de agache tranquilos porque sus<br />
aventuras en Miami son privadas<br />
y a pocos afectan.<br />
De estos últimos, con punto y<br />
coma, nos vamos a ocupar aquí<br />
dándole paso a la historia de<br />
Virginia.<br />
Si la ve, me da la razón, porque<br />
contándole no me cree, puesto<br />
que Virginia es una muchacha<br />
que pelo maní en Lodana hasta<br />
que se dio cuenta de lo que<br />
llevaba entre sus piernas, o mejor<br />
dicho le hicieron ver el potencial<br />
que tenía en ese vértice.<br />
La propia Madrina de Virginia<br />
la llevó a Guayaquil, su pretexto<br />
de conocer al gran puerto y la<br />
vendió.<br />
Virginia no era ajena a las<br />
cosas del sexo, porque había<br />
visto como el gallo se come a<br />
la gallina dándole vueltas para<br />
luego montársele encima y más<br />
claro, cuando a la perra en celo<br />
la persiguen, perros venidos<br />
desde lejos, hasta que se traban<br />
con un nudo, de lo que después<br />
resulto llamarse verga dentro de