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DESESPERANZAS<br />
EN LAS CALLES : Septiembre, 1980.<br />
En las calles nuestras, luego de<br />
que la Charca del Dr. Loor como<br />
así la calificó un periodista de<br />
antaño, tomó firma y se convirtió<br />
en el esplendente ejemplo de<br />
conquista de la tecnología,<br />
aparentándose con la naturaleza,<br />
la gente cayó en cuenta de la<br />
conveniencia de guardar el<br />
agua.<br />
Y así, sentadas las bases y<br />
casi logradas las realizaciones<br />
ofrecidas en Poza Honda,<br />
cuando aparecieron las<br />
posibilidades de nuestra segunda<br />
gran represa, con cinco veces<br />
más capacidad de embalse, el<br />
que menos se congratuló en lo<br />
apropiado de su nombre: Presa<br />
de Esperanza.<br />
De dónde vienen esos nombres<br />
tan decidores, le confieso que<br />
no lo sé. Supongo que de un<br />
recoveco del río Portoviejo o<br />
ciertamente de la confluencia<br />
de los esteros Punta de Peje,<br />
La charca, Mineral y Plata de<br />
Pájaro, se lo llamó Poza Honda<br />
y de allí el nombre porque pozas<br />
más o pozas menos, en ese sitio<br />
el Legislador Loor concretó su<br />
afiebrado decreto para dar agua<br />
potable a la zona central de<br />
Manabí.<br />
Sobre esto hay datos concretos<br />
que están claritos. Pero sobre<br />
todo de La Esperanza no los hay<br />
o yo no los conozco. En todo<br />
caso el nombre cae como anillo<br />
al dedo.<br />
Algunas cuadras arriba de la<br />
Parroquia Quiroga hay una<br />
doble encañonada que pareció<br />
se la ampara para almacenar<br />
las aguas de los ríos y esteros,<br />
Chinco, Julian, Seferino, Tierna<br />
y otros innombrables porque<br />
no los recuerdo a todos.Pero<br />
de alguna manera se llamó al<br />
futuro sitio como a la Presa de La<br />
Esperanza.<br />
Y siempre, partiendo de la<br />
experiencia inicial del embalse<br />
de Poza Honda, el futuro<br />
embalse de La esperanza creció.<br />
A diferencia de Poza Honda, no<br />
hay un claro gestor de la idea<br />
como lo fue el Doctor Loor. Y<br />
desde su inicio, el proyecto ha<br />
estado con la más grande mala<br />
pata contravía a su nombre.<br />
La Presa, por cierto, si algún<br />
día logra terminarse en vez<br />
de Esperanza debe llamarse<br />
Desesperanza, un nombre<br />
adecuado a lo que pudo haber<br />
sido y no fue. La desesperanza<br />
de una obra que ha adolecido<br />
de los males mayores de toda<br />
obra pública: El título de la<br />
burocracia.