SEPTIEMBRE N°13

En tercer lugar, la crisis prueba que la desconfianza, el temor, la envidia, la
ambición, el interés y la seguridad continúan siendo las sustancias de las relaciones
interestatales, tal como advertía el soldado e historiador Tucídides
hace casi 2500 años, cuando analizó las características de las relaciones entre
las ciudades-estados griegas, la confrontación militar del Peloponeso y,
finalmente, la caída de Atenas.
En cuarto lugar, la crisis prueba que la única y mayor “póliza de seguro” en
un contexto interestatal sin centro y devaluado en cuanto al alcance del multilateralismo,
es contar con la capacidad militar más robusta, temida y disuasoria,
es decir, el arma nuclear. Corea del Norte es uno de los países del mundo
que menos cuenta con lo que los chinos denominan “poder agregado”,
esto es, papel creciente en los cuatro o cinco segmento del poder nacional;
sin embargo, sus capacidades militares le aseguran “deferencia estratégica
internacional”.
Varios acontecimientos que tuvieron lugar durante los últimos años han reforzado
la necesidad de incrementar capacidades hacia los extremos, particularmente
las intervenciones en Irak, Libia y la situación de guerra generalizada
y riesgo intervencionista en Siria. En los dos primeros casos la injerencia
implicó el final de los regímenes políticos, aun cuando la intervención multinacional
se fundó, sobre todo en Libia, en “salvaguardar los derechos del
pueblo libio”, no en el cambio de régimen.