SEPTIEMBRE N°13
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El tango nuestro<br />
No podíamos iniciar este segmento sin nombrar al que “inventó el tango canción”;<br />
quien parangonó el tango con la ópera; quien le puso emoción al género<br />
musical: Don Carlos Gardel. El Morocho, El Morocho del Abasto, Carlitos, El Zorzal,<br />
El Zorzal Criollo, El Mago, El Imbatible, La Voz que venció al olvido, El Inmortal,<br />
El Invicto, El Troesma, El Impardable, El Inigualable, El Inolvidable, El Uno, El<br />
Rey del Tango, El cantor de los tres siglos, El cantor de la sonrisa eterna, El Mito<br />
viviente, El que cada día canta mejor, Don Carlos, Don Carlos de Buenos Aires, y<br />
hasta El Inoxidable o El Ave Fénix. Vaya aquí nuestro homenaje a quien hizo conocer<br />
al mundo nuestra música ciudadana.<br />
Fueron hombres quienes primero incursionaron en el canto del tango. Primero<br />
como estribillistas – cantando solo el estribillo o coro de la pieza – ya que los<br />
directores de orquestas consideraban que el canto “distraía” a las parejas que<br />
bailaban (“o eclipsaban a los músicos?) Finalmente triunfó lo lógico, ya que la<br />
música es el cuerpo y la letra el alma del tango. Y surgieron figuras que se hicieron<br />
populares preferentemente en el público femenino, tales como Ignacio Corsini;<br />
Agustín Magaldi ( mi madre cuando éste falleció lo lloró durante todo el<br />
día); Angel Vargas (que integraba la orquesta de Angel DÁgostino, siendo presentada<br />
como la orquesta de los 2 ángeles); Carlos Dante que junto a Julio Martell<br />
en la orquesta de Alfredo De Angelis hacían records de recaudación en los<br />
bailes populares de Carnaval y otros festejos; Charlo que cautivó a multitudes<br />
con sus creaciones no solo interpretadas por él sino también creadas; Alberto<br />
Morán, el italiano que paralizaba a las parejas y especialmente a las mujeres<br />
cuando salía a cantar en la orquesta de Osvaldo Pugliese; Oscar Alonso (para<br />
muchos tangueros el mejor después de Gardel): Roberto Rufino, debutando a<br />
los 18 años con la orquesta de Carlos Di Sarli, fascinaba a toda mujer; Alberto<br />
Castillo (el Doctor que le dió expresión particular al tango, mostrando una aguda<br />
afinación); Edmundo Rivero, el feo que canta lindo, que desafiando a las tonalidades<br />
agudas de la mayoría de los cantores, impuso su tono grave a pesar de<br />
la opinión desfavorable de muchos directores de orquestas; Hugo del Carril,<br />
quien matizaba sus creaciones de director y cineasta; actor; conductor de