Juntos Gaceta Mercantil - Noviembre 2017

Personajes
Sigan su sueño aunque
haya quienes quieran
frustrarlo
Fue la Universidad de Queen Mary, en
Inglaterra, donde Inés se formó durante
ocho años, incluyendo no sólo su carrera
como ingeniera bioquímica, sino a la par,
una maestría en ingeniería de los materiales
en medicina, así como su grado de doctora
en ciencias de los materiales. A sus 32
años, Inés es una súper dotada de la
ciencia, con aspiraciones que van más allá
de lo que una mente común puede
imaginar, con procedimientos tangibles y
con hambre de repercutir favorablemente
en las ciencias de la salud.
Regreso de éxito
Una vez concluida su formación profesional
en Inglaterra, la misión era que su labor y
estudios, tuviesen un mayor impacto.
“Decidí regresar a México porque no era lo
mismo en un país como Inglaterra, donde
hay mucha innovación, hacer ciencia e
investigación, y noté que en México podría
tener mayor impacto. Regresé y empecé a
entrevistarme en diferentes universidades, y
noté que había gran talento y mucha
innovación, pero que no salía de ahí, sino que
era escribir el artículo y guardarlo en un
cajón, esto por muchos factores: falta de
dinero, de visión, por burocracias; pero
además noté que no se hablaban entre los
investigadores, ni siquiera al que tenían
enfrente, pero tampoco había comunicación
entre las universidades”.
Luego de este análisis, Inés vio ahí una
oportunidad: ser un ente neutro en medio de
un espacio físico, con infraestructura a la que
primero llamó una plataforma científica y
tecnológica, y que luego nombró InMateriis,
un centro de innovación científica donde se
involucran de manera interdisciplinaria
expertos en diversas áreas de la investigación
científica y que se comunicaran. “Así es como
se fundó InMateriis, un centro de innovación
científica, donde tenemos la plataforma,
la infraestructura, el equipo de trabajo
interdisciplinario y una alta vinculación con
todos los demás”.
Más allá de la imaginación
Luego de luchar contra la incredulidad que
ocasionaba en los investigadores y
proveedores, el que una chica con menos de
30 años ofreciera y pujara por un proyecto
más allá de los pensable, Inés salió avante
con bases sólidas, y una de sus prioridades
fue la democratización de la ciencia, sobre
todo en el sentido de un lenguaje al alcance
de todos, y que ésta no se quedara en los
estratos más altos, sino que fuera para todos
en la forma de la pirámide. “En InMateriis
nosotros ya tenemos los equipos,
laboratorio de ingeniería química,
próximamente de tejidos y caracterización
de materiales, de prototipado, y vamos a
tener un área de producción, una línea
certificada ante COFEPRIS de producción
de dispositivos médicos. Nosotros
proveemos los servicios, ya sea a empresas
privadas o centros de investigación, con
nuestros equipos y al mismo tiempo
incubamos empresas, en donde topamos
diferentes porcentajes, a fin de no ahorcar y
destruir los proyectos, sino levantarlos”.
Ahora, son cuatro años de una plataforma
cuyos proyectos impensables, hablan del
hambre de ciencia e innovación en materia
médica que apasiona a Inés. Uno de ellos es
la impresión 3D, es decir, la trasformación
de una simple radiografía o resonancia
magnética, en una impresión 3D, cuyos
beneficios, explica la doctora, es que el
médico puede planear con el modelo la
cirugía, reduciendo costos y tiempo de
operación. “Esto ya se hizo en una cirugía
de cráneo donde se utilizó esta ayuda
visual; el médico en la intervención había
revisado las imágenes, pero nunca es lo
mismo que un objeto 3D. Al momento de
abrir, se dieron cuenta que habían abierto
dos centímetros abajo, luego tomaron el
modelo y rápidamente pudieron revisar y
corregir; esto fue muy alentador”.
Pasión ósea
En ese marcado acento por innovar para la
salud, Inés tiene un proyecto cuyas pruebas ya
se han hecho de manera exitosa en animales.
Se trata de la reproducción ósea para fracturas
o lesiones maxilofaciales. “Empecé con un
hueso artificial, un sustituto óseo, entonces
cuando hay algún trauma, por algún choque
o cáncer o infección, en donde se tiene que
quitar parte del hueso, nosotros estamos
desarrollando materiales para sustituir esas
partes. Lo padre es que tenemos un material
nuevo que se asimila al hueso y que aparte
puede ser impreso en 3D, entonces tomamos
la imagen médica, tomamos el pedacito que
se necesita, lo ajustamos para que el médico
lo pueda implantar y lo imprimimos en 3D.
La impresión queda verdaderamente a la
medida del paciente”.
Lo anterior, señala Inés, no ha sido
aplicado en humanos, dado que busca los
mayores cuidados y el área de certificación
para COFEPRIS.
La inquietud y el amor por los videojuegos,
trajeron a la mente de Inés un nuevo
proyecto. “Jugando con un videojuego de
realidad virtual, me di cuenta que había
mucho potencial en él. Lo entregué a mi
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