Revista Sala de Espera R.D. Nro. 49 Edición 6to. Anversario

Casos y rostros
Casos y rostros
En Sala de Espera RD cumplimos
6 años viajando a través
de historias contadas con
un deje particular que de una
manera u otra también nos van
tocando y transformando a cada uno de
los articulistas. Felices de formar parte
de esta familia que nos permite volar,
investigar, comunicar y ser libres en nuestros
relatos. Prodigiosa oportunidad para
conocer también interesantes personajes
que dejan su huella, hurgar en los acontecimientos
que marcan y enmarcan la
humanidad, informarnos de hechos, actividades,
en fin, instruirnos para armar
libretos sacados de la vida misma que con
fortuna y privilegio podemos contar y
encontrar ojos, corazones y almas que
esperando en una sala o viajando por la
web se conectan con nuestras líneas.
Vámonos de viaje
Primera Parte
Por: Tita Hasbun/tita.hasbun@gmail.com/@tita.hasbun
“Es el viaje y no el arribo lo que importa” T.S. Eliot
Y nos apetece seguir viajando, afianzando
lo que predijera hace rato el escritor
norteamericano Mark Twain en Las
aventuras de Tom Sawyer porque “un
viaje es más que descanso o un simple
recorrido por tierras extrañas; es una
experiencia que en sí constituye una eficaz
terapia para ayudar a poner en su
lugar la vida de cada quién”.
Se dice que se viaja a través de un libro,
una película, una crónica. Es una manera
libre y particular en donde cada lector
empaca sus maletas y decide acompañar
al o los personajes –sino es audiovisual le
dará forma, color, diseñará el entorno con
sus características- seguirá la trama de la
historia gracias a la imaginación y/o referencias.
Expedición que es valida mientras
se esté sumido en la narración. Pero cuando
hablamos de entrar en contacto con
inesperados olores, descubrir con nuestros
lugares y gente nueva, vivir aventuras, visitar
ciudades con cultura vibrante, ver paisajes
rurales hermosos, fortalecer el acervo
de experiencias, el tournée se torna real
y es como descifrar el mundo por uno
mismo.
Pocas cosas son más emocionantes
que la idea de viajar, ir a un lugar desconocido
o repetir ese sitio donde haga
mejor tiempo, en donde las costumbres
y actividades sean interesantes, los paisajes
sirvan de inspiración y la gastronomía
nos regale una experiencia sabrosa .
Sean cuales sean las razones, si es
un viaje de trabajo, de paseo o de estilo
vagabonding, nos sube la serotonina
y dopamina y vestidos de turistas nos
movemos por el mundo con tecnología
a la mano para ir descubriéndolo y cap-
turando cada momento. Sin olvidar la
impronta narcisista de las “selfies” que
vienen y van con las fotos para compartir
ipso facto en las redes y mas adelante
vivir para recordarlas en los “ #tbt /
throw backs y #flb /“Flash backs”.
• “Viajar es la única cosa que pagas y te
hace más rico “.
• Según los expertos, son tres los principales
beneficios psicológicos de viajar.
• Se retoma el control de la propia vida.
• Se desestructura la mente.
• Te brinda anonimato.
¿Viajar para ser feliz?
La felicidad no reside en los bienes
materiales que poseemos, sino en
todo lo contrario, la clave está en los
recuerdos almacenados, al menos a largo
plazo. Es la conclusión de un estudio de
la Universidad Estatal de San Francisco,
California.
Thomas Gilovich, psicólogo y responsable
de la investigación, afirma que
“somos la suma total de nuestras experiencias,
ya que crean recuerdos para
toda la vida”.
Por otro lado el psicoterapeuta César
de la Hoz, nos da las razones objetivas
por las que viajar aporta los elementos
necesarios para conseguir la felicidad y
aquí te la enumeramos:
1. Nuevas emociones: La idea de
conocer nuevos lugares, hacer amigos,
probar comidas exóticas y diferentes,
descubrir paisajes increíbles,
en definitiva, embarcarse en una
nueva aventura es estimulante.
2. Romper con la rutina: Viajar,
además de relajar, implica hacer un
‘break’ . Y, sobre todo, hace que dejes
de lado lo cotidiano, darle a tu cerebro
un respiro, generar sentimientos
agradables que te recarguen de pies
a cabeza .
3. Compartir: Un viaje es algo que
se comparte y eso es lo que hacemos
al finalizar el viaje, enseñar las fotografías,
contar a la familia y amigos
anécdotas e historias divertidas
vividas.
4. Beneficios inmediatos: Dedicar
tiempo a planear nuestra aventura,
imaginar lo que va a pasar, etc., es un
proceso que crea una sensación de
bienestar.
Entonces si el fin de un viaje es la
búsqueda del bienestar, y si a eso le sumamos
la oportunidad de ser feliz, no hay
que tener mucho dinero, solo hay que
tener ganas de viajar. Porque como dice
Henry Miller, “nuestro destino no es un
lugar, sino una nueva forma de ver las
cosas cuando viajamos”.
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