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Entrelíneas 77

Publicación semanal elaborada por los estudiantes de la asignatura de Producción de Contenidos en Tiempo Real de la Carrera de Periodismo (Universidad de Concepción, Chile).

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Hoy ya llevan 28<br />

años seguidos que se<br />

juntan mensualmente.<br />

La once es una vez en la<br />

casa de una y luego en<br />

la casa de otra y así dan<br />

la vuelta al año. Para<br />

ellas es una oportunidad<br />

para reflexionar,<br />

reencontrarse<br />

y acompañarse<br />

continuamente en esta<br />

difìcil aunque feliz<br />

etapa de sus vidas.<br />

Cecilia Córdoba,<br />

también alumna del<br />

curso, confiesa que<br />

le gusta juntarse<br />

“porque acá nosotras<br />

recordamos de nuestra<br />

juventud, de nuestros<br />

juegos, de nuestras<br />

peleas que teníamos<br />

cuando chicas. Nos<br />

reímos las que éramos<br />

buenas pa jugar al<br />

Luche, lo que los niños<br />

ahora no hacen.”<br />

Raquel Gutiérrez, presidenta de la directiva de la Once mensual. Gentileza de Carlos Cornejo.<br />

Los patios de la<br />

escuela se comprimían aún más cuando se<br />

juntaban a jugar a la ronda o al quemado.<br />

Insisten en la idea de que la forma en que<br />

actualmente se desarrolla la infancia de los<br />

niños y niñas dista mucho de aquella intimidad<br />

que en antaño se creaba cuando se tomaban de<br />

las manos y cantaban. “Pero son recuerdos<br />

muy lindos. Yo ando por la calle actualmente<br />

y ando cantando todas las canciones que<br />

nosotros jugábamos a la rondas”, termina de<br />

relatar Cecilia, mientras procede a sorber<br />

su té de hierbas sin azúcar.<br />

Raquel recuerda otro juego<br />

al instante: la cola. “Teníamos<br />

la costumbre de hacer una<br />

fila larga, todas tomadas de<br />

la mano y le llamábamos la<br />

cola. Ya, vamos a la cola,<br />

vamos. Todas corriendo<br />

por el patio y tomadas de la<br />

mano, encerramos a una y la<br />

molestábamos. Después la<br />

soltábamos a ella y seguíamos<br />

corriendo.” Confiesa que<br />

durante una de esas jugadas<br />

en la cola, yendo a la cabeza,<br />

saltó a una parte inferior del patio<br />

y, sin ver a una compañera que se<br />

encontraba abajo, chocó todos sus<br />

dientes contra su frente. Desde esa<br />

época, cuando aún la salud dental estaba<br />

en pañales y era de difícil acceso, no pudo<br />

volver a tener su dentadura definitiva entera.<br />

“Quedaron trizados. Y al verano siguiente,<br />

yo los perdí todos. Tuvieron que operarme y<br />

sacarme todo eso y hasta el día de hoy, puras<br />

prótesis nomás.”<br />

Dentro del grupo tienen una visión crítica<br />

respecto de las condiciones de vida del adulto<br />

mayor en Chile. De las ocho presentes en<br />

la once, seis reciben pensión solidaria que<br />

corresponden a $104.000. Entre los remedios<br />

que deben comprar, porque todas consumen<br />

al menos uno, para enfrentar diversas<br />

enfermedades, además de costear cuentas como<br />

luz y agua, confiesan que no les alcanza con<br />

ese dinero. Muchas de ellas siguen trabajando<br />

hasta el día<br />

de hoy, con<br />

“Los adultos<br />

mayores somos<br />

como el estorbo del<br />

país, porque es una<br />

migaja lo que nos dan.<br />

Realmente es una<br />

migaja”<br />

más de 70 años de<br />

edad. Raquel dice que “los adultos mayores<br />

somos como el estorbo del país, porque es<br />

una migaja lo que nos dan. Realmente es una<br />

migaja.”<br />

Marina Muñoz, que llegó en cuarto año al<br />

curso B de la escuela luego de haber repetido<br />

el curso en la Escuela Nº7 de Linares, coincide<br />

con la idea de Raquel. “Ahora a los adultos<br />

mayores ya no los miran como nosotros, que<br />

queríamos a los abuelitos. Antes uno ayudaba<br />

a los abuelitos. Los ayudaba a subirse a la<br />

vereda, en fin así, cosas así. Al menos así<br />

éramos nosotros. Ha cambiado mucho.”<br />

Raquel se ha desempeñado casi toda su vida<br />

como monitora, enseñando pintura, macramé,<br />

crochet y distintos tipos de bordados.<br />

Los últimos 18 años los ha dedicado<br />

exclusivamente a sectores rurales<br />

de su zona. “Me recorría todos los<br />

sectores de San Javier, Colbún,<br />

me mandaban por Panimavida,<br />

Yerbas buenas y así me faltaba<br />

cupo para atender a la gente.<br />

En Yerbas Buenas estuve<br />

hace poco, este año. Trabajo<br />

ahí todavía, pero me están<br />

esperando de Longaví.”<br />

Al llegar el día de la once,<br />

Raquel también comenta acerca<br />

de su trabajo. Sus compañeras<br />

están orgullosas de ella. También<br />

de Silvia, quien alguna vez ganó<br />

el Festival de la Voz cantando<br />

representando a Linares y, en otra<br />

ocasión, llegó a bailar con Lucho Jara.<br />

Todas se quieren mucho. Siempre van<br />

a tener algo que recordar en sus reuniones,<br />

es un día que esperan con ansias para poder<br />

contar sus penas y alegrías, como pasaron su<br />

último mes. Antes de marcharse se ponen de<br />

acuerdo para escoger quién será la próxima<br />

anfitriona. Cuando ya está decidido se abrazan<br />

calurosamente, esperando poder encontrarse<br />

para compartir una próxima once.<br />

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