Entrelíneas 77

Retrato de Constanza Silva. Fotografía por Francisca Rubio.
Esa sensación de miedo no es algo con lo
que carguen los hombres. Las mujeres deben
temer de todo lo que les rodea porque no saben
cuál será el sujeto que les pueda hacer algo.
Javiera agrega que “a ellos siempre se les
incentiva a ser autónomos pero a nosotras se
nos ve como un ser frágil y propenso al peligro.
Cada femicidio y crimen incentiva a los tipos
morbosos a sacar sus pensamientos enfermos
y machistas de su cabeza y traspasarlos a
las mujeres que van
viajando. Por
lo mismo
ya
no
“Cada femicidio
y crimen incentiva a
los tipos morbosos a sacar
sus pensamientos enfermos
y machistas de su cabeza y
traspasarlos a las mujeres que
van viajando. Por lo mismo ya
no confío en la gente ni las
buenas intenciones”
confío en la gente ni las buenas intenciones”
confiesa.
Las malas experiencias ante los conductores
son reducidas cuando viajan sólo mujeres,
pero existen. Maria Belén Zepeda vive en
Coquimbo y cuenta que “una vez viajé con
dos amigas y mi pololo que, en ese entonces,
tenía el pelo largo y de espaldas parecía chica.
El asunto es que estábamos en la carretera
haciendo dedo y nos tomó un camionero que
al ver que mi pareja era hombre nos hizo
bajarnos del camión y comenzó a decirle
a sus compañeros por radio que no
nos llevaran. Eso igual me hizo
sentir muy vulnerable porque
si no hubiese estado con un
hombre viajando quizás
qué pudo haber hecho ese
camionero”.
Para poder
enfrentarse a posibles
situaciones que pongan
en riesgo a las mujeres
hay que tomar una serie
de medidas de defensa
personal. Ante esto
mismo Constanza Silva
relata que “siempre saludo a la cámara de los
peajes para que se reconozca mi cara en caso
de alguna cosa, siempre llevo conmigo armas
blancas o gas pimienta, nunca entrego mi
nombre real a los conductores y, por desgracia,
suelo actuar como hombre para no parecerles
atractiva”.
Es esta última frase una inquietud para
las mujeres, porque deben mantener un perfil
bajo y adoptar comportamientos que han sido
tildados de masculinos, para así evitar ser un
foco de atención para los conductores. En base
a esto, las chicas se han empoderado y han
generado contacto entre viajeras a través de
redes sociales. Ejemplo de esto es el grupo de
Facebook llamado “Comunidad Viajar Sola”
donde ellas coordinan viajes en caso de no
querer moverse solas.
Como reflexión, Javiera Rodríguez recalca
que “no hay que tenerle miedo a la ruta ni a la
carretera. El peligro se encuentra en algunos
sujetos que pueden estar pasando por ella al
mismo tiempo que una. Hay que mantenerse
fuertes y lograr mediar situaciones incómodas
que, la mayor parte del tiempo, terminan en
nada y sólo nos pasamos películas por el miedo
que se nos ha impuesto socialmente”, finaliza.
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