REVISTA DE SEPTIEMBRE

CRISIS CATALANA, CRISIS
ESPAÑOLA
España, en una creciente confusión,
se apresta a un final de ciclo propiciado
por una Cataluña profundamente
enojada y determinada.
El tribunal alemán de Schleswig Holstein que juzga la orden de extradición
de Carles Puigdemont emitida por el juez del Tribunal Supremo español,
Llarena, le negó la extradición por los delitos de sedición y rebelión y la autorizó
por malversación. Una rebaja más que substancial que, en teoría,
desmonta el caso.
El gobierno belga acaba de recordarle al ministro Borrell que el sistema
judicial y el gobierno son poderes separados, al menos así debería ser en
toda Europa, cuando éste le pidió que proteja al juez Llarena de la demanda
que le han presentado los exiliados catalanes en Bruselas.
Suiza, en su día, ya consideró que las dos exiliadas en su territorio eran perseguidas
políticas, directamente. Ahora le toca a Escocia pronunciarse, pero
todo apunta a que muy probablemente que este nefasto juez vuelva a
llevarse otra bofetada.
La justicia española está en entredicho. Cada paso que da en Europa el juez
Llarena, le sale mal y pone más en evidencia que los presos catalanes lo
son por razones políticas y no otras.
Pero, ¿Cómo posible tal situación? ¿Tenemos que suponer que España ya
no es una democracia plena?.