REVISTA DE SEPTIEMBRE

Mundo Plural
GRATITUD
El mejor condimento en la vida, es vivir en un estado de
gratitud por todo lo que se presenta en ella. Estamos acostumbrados
a decir: esto es bueno y esto es malo.
Nada es tan rotundo si no tiene la mirada o la perspectiva
de los planes de Dios, el Universo o como quieras llamar a ese Ser
Superior, que hace que cada día salga el sol, te crezcan las uñas, te
lata el corazón o respires sin necesidad de pensar en esa acción. Él ya
tiene una mirada y su perspectiva es, tanto hacia atrás como hacia
adelante.
Si no existiera eso que defines como “lo malo”, no te darías
cuenta de aquello que es “lo bueno”. Se necesitan los contrastes
para valorar las cosas y también para desearlas. Por “Ley de Atracción”
aquello que deseamos y nos permitimos recibirlo, llegará a
nuestra vida. Siempre y cuando reconozcas tu imagen y semejanza
con lo divino y te des el valor que Él nos da, y que nos hace sentirnos
merecedores de todo lo bueno.
Nuestra vida es semejante a las olas del mar, ellas suben y
bajan, y nosotros al igual que las olas, a veces estamos en la cresta y a
veces nos arrastramos en la arena. Pero son muy buenos ambos estados.
Hay que aprender a ser un “surfista” en el mar de la vida.
Esto significa que debemos aprender a hacer equilibrio. El mejor equilibrio
de la vida es mantenerse en el medio. No vivir en la cresta de la
ola, y cuando nos va bien, creérnosla que es algo permanente y volvernos
arrogantes y vanidosos. Tampoco creer que por una desventura
ya no tengamos motivos para estar felices y agradecidos. En este
caso, no volvernos personas amargadas, que les gusta estar en un estado
de victimización y queja, esperando el consuelo que nos dan los
seres queridos. Migajas, no. El equilibrio de la vida es ser personas
humildes, y me refiero a humildes de corazón, no a la humildad como
sinónimo de pobreza. Debemos ser personas empoderadas.