REVISTA DE SEPTIEMBRE

Por todos esos logros los historiadores que he citado describen como favorable a su
reinado, lo mismo hizo el escritor Dion Casio dos siglos después. Su popularidad fue
mayor entre sus súbditos romanos afincados hacia la parte oriental del imperio.
Sin embargo, la historia exhibe como emblemática su figura cantando y tañendo la
lira mientras se incendia la ciudad capital, a mediados del año 64, dicen algunos que
bajo órdenes de Nerón.
Hay quienes relataron que el inicio fue en unos puestos que rodeaban el Circo Máximo
y vendían productos inflamables (Plinio el Viejo es el único historiador que
describe totalmente el incendio, no sabemos si fielmente o no).
Tanto Suetonio como Dion Casio escribieron (después de Plinio) que el emperador
lo causó para reconstruir Roma con otro diseño, más adecuado a sus caprichos.
Pero es importante señalar que los incendios eran comunes en ese lugar y en esa
época, no siendo el único de tan singular envergadura.
De todas maneras nadie quita de la mente a Nerón, feliz y gozando de su música
con el fondo de las llamas. Esta es la versión de Suetonio, situando al emperador en
una torre de la cima del monte Esquilino, coronado con laurel y con su lira en mano,
cantando una triste elegía a su ciudad.
Pero el hombre tenía su residencia en Antium, a 45 kilómetros de Roma, y así lo
escribe Tácito: “...pudo cantar el incendio de Roma desde su escenario doméstico...”.
No se divisaba el incendio desde ese lugar. Cuatro años después Nerón fue
derrocado y muerto, probablemente a causa de un suicidio inducido.
Desde entonces nada se encuentra que
nos pueda dar un conocimiento exacto de
lo que fue la música entre los romanos
hasta la decadencia del Imperio, tras la
cual pudieron los griegos apoderarse y
yendo a fijar su residencia en Roma.
Dr. Roberto Alario
Contador Público, Profesor Universitario,
escritor, Profesor Superior de Guitarra y
Concertista