Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
tablas, cerca <strong>de</strong>l asfalto, a lo largo <strong>de</strong><br />
sen<strong>de</strong>ros y en los campos. Anduve tal<br />
como me dijo, caminando lenta y suavemente<br />
a fin <strong>de</strong> evitar crear la vibración<br />
que podía alarmar a los animales<br />
pequeños. Y <strong>de</strong>scubrí muchísimo más<br />
que serpientes. Encontré telarañas,<br />
nidos <strong>de</strong> aves, flores silvestres, hormigueros,<br />
piedras peculiares, cascarones<br />
<strong>de</strong> huevos y muchos insectos extraños.<br />
Cada nuevo hallazgo alimentaba<br />
mi curiosidad.<br />
De vez en vez pedaleaba colina<br />
abajo en mi bicicleta hasta la casa <strong>de</strong><br />
mi mentora, con la cubierta <strong>de</strong> almohada<br />
atada al manubrio, repleta <strong>de</strong><br />
todo lo que había hallado. Ella interrumpía<br />
su trabajo, compraba las serpientes,<br />
i<strong>de</strong>ntificaba todo lo <strong>de</strong>más y<br />
respondía a todas mis inquietu<strong>de</strong>s.<br />
Durante seis veranos pedaleé hasta<br />
el hogar <strong>de</strong> Helen al menos una ocasión<br />
por semana. El segundo año, le<br />
compartí mis dibujos <strong>de</strong> animales con<br />
mucha timi<strong>de</strong>z. A ella le gustaron mis<br />
obras y eso me dio una inmensa confianza<br />
en mí mismo.<br />
Cuando cumplí 10 años, conocí la<br />
taxi<strong>de</strong>rmia. Helen me ofreció una paloma<br />
muerta para que realizara mi<br />
primer intento. Mientras le mostraba<br />
la pieza terminada, una caricatura<br />
bien abultada <strong>de</strong>l pájaro original, ella<br />
me mostró su aprobación asintiendo.<br />
Supe que había sido un éxito.<br />
En otra oportunidad, levantó la<br />
cabeza al notar una conmoción <strong>de</strong><br />
aleteos afuera y gesticuló para que la<br />
acompañara. Vimos una bandada <strong>de</strong><br />
sus palomas huyendo por encima <strong>de</strong><br />
una ciénaga; un halcón las perseguía.<br />
Este dispersó a los pájaros y luego<br />
hizo una línea vertical y ascen<strong>de</strong>nte.<br />
Las aves se reagruparon y batieron<br />
sus alas enérgicamente hacia don<strong>de</strong><br />
estábamos nosotros. Una paloma<br />
blanca venía rezagada. De súbito, el<br />
halcón voló en picada, rotando tan<br />
rápidamente que apenas pu<strong>de</strong> advertir<br />
sus movimientos. Arremetió contra<br />
la paloma atrasada, propiciando una<br />
explosión <strong>de</strong> plumas blancas que casi<br />
acababa en el pantano. Luego, sosteniendo<br />
con sus garras el débil bulto<br />
blanco, el <strong>de</strong>predador <strong>de</strong>splegó sus<br />
alas y se dirigió a unos pinos altos.<br />
Esa fue la escena más traumática<br />
<strong>de</strong> mi joven vida. Comprendí <strong>de</strong> golpe