Expocultur #81

Además, en Cerdeña cada territorio tiene su vino. Las variedades
de uva sardas, tanto las autóctonas –una extraordinaria
riqueza ancestral– como las importadas –bien armonizadas
con el entorno –, son el origen del típico Cannonau, pero también
del Bovale, el “robusto” Nepente y del Mandrolisai, del
excelente Vermentino, de la milenaria Vernaccia…, y de tantas
otras variedad que se pueden descubrir en las distintas bodegas
y viñedos visitables repartidos por toda la isla. Y para cerrar
con broche de oro, el tradicional licor de mirto. ¡Salud!
Una isla de fiesta
Cerdeña es, durante todo el año, una fiesta; a veces solemne,
otras alegría desbordada, pero siempre fiesta. El calendario
empieza con las hogueras de san Antonio, en enero, que
se encienden en decenas de pueblos en el corazón de la isla.
La alegría continúa con el Carnaval, con las acrobáticas exhibiciones
de las parejas de caballos durante la Sartiglia de
Oristano, con las danzas ancestrales de los Mamuthones en
Mamoiada y de los Merdules en Ottana… En Pascua toca el
turno a la pasión e la Semana Santa, y ya en mayo a la fiesta de
san Efisio, que desde hace más de tres siglos es el evento por
excelencia de Cagliari, incluso puede considerarse la fiesta de
toda Cerdeña. Va cerrando la primera parte del año la
Cabalgada de Sassari, con sus centenares de jinetes y amazonas,
y miles de figurantes, vestidos a la manera tradicional.
Identidad, color, música y folclore son la seña particular del
verano. A principios de julio tiene lugar la desenfrenada carrera
de caballos de Ardia, en Sedilo, y un poco más tarde la
famosa Sciampitta de Quartu Sant’Elena, una de las máximas
manifestaciones folclóricas de Cerdeña. En agosto la Faradda
di li candareri, una procesión danzante por las calles de Sassari
que se repite idéntica desde hace cinco siglos, o la Feria del
Redentor en Nuoro, o la Carrera de los descalzos, en Cabra…
se va cerrando la temporada, pero no sin antes vivir una boda
como las de antes gracias a unas de las fiestas más fascinantes
de Cerdeña: el Antico Sposalizio, ya en septiembre.
Por supuesto, no todo es tradición: durante todo el año,
pero especialmente desde mitad de julio hasta mitad de agosto,
se celebran en los más diversos escenarios de la isla, desde
playas hasta monumentos históricos, todo tipo de festivales y
conciertos de jazz, blues, soul, rock, pop y música ligera.
Una isla irresistible
A un paso del continente y plenamente conectada con el
–los ferris de Grimaldi entre Barcelona y Porto Torres son, por
ejemplo, una excelente manera de llegar a la isla, sobre todo
para poder explorar sus rincones con coche propio–,
Cerdeña es un destino auténticamente irresistible. Esa mezcla
entre encanto rural y el cosmopolitismo global de sus destinos
más concurridos, aunada a su maravillosa gastronomía, a la
fuerza de su naturaleza y, sobre todo, al excepcional patrimonio
histórico y cultural, hacen de este reducto insular mediterráneo
el lugar perfecto para unas buenas vacaciones. Lo
dicho, simplemente irresistible.
Más información en: www.italia.it / www.sardegnaturismo.it
Antiguo lavadero de Lamarmora (1897) en la aldea minera de Nebida