Expocultur #81

parón entre 1997 y 2003, el festival ha conectado finalmente
con el profundo legado musical de Chicago y ha decidido
echar raíces en la ciudad, donde se realiza desde 2005.
Convertido en una gran encuentro que inunda a prácticamente
toda la ciudad, miles de fanáticos viajan desde cualquier
parte del mundo para experimentar la multitudinaria catarsis
que supone vivir el “Lolla”.
En todo caso, este festival al aire libre ha crecido hasta ofrecer
un enorme programa de cuatro días, con más de 170 artistas
repartidos en ocho escenarios. Artistas que este año representan
las mejores y más nuevas propuestas de la música en los
más distintos géneros. Y todo ello con el fantástico skyline de
Chicago como telón de fondo.
¿No son suficientes las horas y horas de música? Para todos
aquellos que quieren ver aún más de sus artistas favoritos, la
fiesta sigue en cualquiera de los aftershows oficiales de
Lollapalooza 2019. Desde Metro hasta House of Blues, entre
muchas otras salas emblemáticas de la ciudad, ofrecerán más
de 55 presentaciones de más de 110 artistas en las mejores
fiestas post-“Lolla”.
Más allá de la música
Por supuesto, la música es el corazón de Lollapalooza,
pero como la gran fiesta que es, el festival ofrece un mundo
de posibilidades entre canción y canción. La “experiencia
Lollapalooza” hace hincapié en el arte, la comida, la diversión
y la comunidad, así como los esfuerzos continuos para crear
un evento que respete el medio ambiente.
Vista aérea. Lollapalooza 2018. Foto: Charles Reagan Hackleman
Con más de 100.000 asistentes cada año, parece
mentira que el festival Lollapalooza comenzara como un
escaparate alternativo organizado en 1991 por Perry Farrell, cantante
de Jane's Addiction. Desde entonces, el festival ha evolucionado
hasta convertirse en una de las experiencias musicales
más grandes del mundo, incluso rebasando sus fronteras y ofreciendo
ediciones internacionales en Argentina, Brasil y Chile, así
como en tres ciudades europeas: Berlín, París y Estocolmo.
De vuelta en el festival “madre”, tras unos años itinerando
por distintas ciudades norteamericanas, e incluso con un
Así, los más de 30 puestos que conforman Chow Town, el
área de comida del festival, alimentan a las masas hambrientas
y, al mismo tiempo, muestran la deliciosa diversidad de la
escena gastronómica de Chicago. Y esto va más allá de la típica
comida festivalera: la línea culinaria en las dos zonas habilitadas
para comer compite con la calidad de las estrellas presentes
en los escenarios principales. La cocina local es el centro
de atención, pero, por supuesto, con una buena vuelta de
tuerca: corndogs de langosta, baos mongoles de carne picante…
sorpresas en el escenario y en el plato. Además, como
novedad de este año, se puede pedir pizza para llevar de la
famosa pizzería de Chicago, Connie’s Pizza.
Del mismo modo, diversos talleres, actividades y música
para niños durante todo el día hacen de Kidzapalooza un
auténtico festival dentro del festival específicamente diseñado
para los pequeños fanáticos de la música. Además, los niños
menores de 10 años entran gratis a “Lolla” con un adulto.
Si esto y las 10 horas de música en directo cada día no son
suficientes, la agenda de actividades de Lollapalooza también
incluye un mercado de arte, un montón de fiestas auspiciadas
por los patrocinadores, estaciones de recarga de móviles,
tiendas y muchas otras opciones de ocio que dan lugar a un
auténtico mosaico de posibilidades. Y para quienes busquen
una experiencia totalmente exclusiva, el festival ofrece también
entradas VIP y entradas Platinum, dos modalidades en las que
se suman todo tipo de lujos, dese las zonas exclusivas con las
mejores vistas a los escenarios hasta masajes y regalos de los
patrocinadores. En fin, hay un Lollapalooza para todo tipo de
gustos y presupuestos.
65 / EXPOCULTUR