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Edicion 20190708

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w w w. f a c e b o o k . c o m / p a g i n a s i e te<br />

@ p a g i n a _ s i e te<br />

Opinión<br />

Página SIETE Lu n e s 8 de julio de 2019<br />

o p i n i o n @ p a g i n a s i e te . b o<br />

11<br />

Frase del día<br />

“Que (José Luis Rodríguez Zapatero) bajito, por lo menos, le diga (a Evo Morales) que la<br />

democracia y el respeto a las leyes es el mayor valor”. Amparo Carvajal, presidenta Apdhb<br />

Dársena de papel /Oscar Díaz Arnau<br />

Crimen y castigo<br />

En una tarde extremadamente<br />

calurosa de<br />

principios de julio…Así<br />

comienza una de las<br />

novelas más hipnotizantes que<br />

ha parido la literatura mundial:<br />

Crimen y castigo, de Fedor Dostoyevski.<br />

Es la historia de un doble<br />

asesinato y del infierno posterior<br />

que vive el protagonista,<br />

por cuyo sentimiento de culpabilidad<br />

y otros rasgos humanos<br />

es posible llegar a empatizar<br />

con él. Hay crímenes y crímenes,<br />

castigos y castigos…<br />

En estos días de julio boliviano,<br />

obviamente con menos carga<br />

emocional que Rodia Raskolnikov,<br />

un “exc e s o” de sinceridad<br />

llevó al ahora exvocero de Comunidad<br />

Ciudadana (CC) a cometer<br />

un error que en nuestro<br />

desorbitado contexto puede ser<br />

un “c r i m e n”. Un crimen político,<br />

nada de qué asustarse, y ha sido<br />

él, si bien con otras palabras, el<br />

primero en admitirlo.<br />

En política, aunque suene mal,<br />

impúdico, el que no calcula,<br />

pierde. No saber medir las consecuencias,<br />

darse cuenta en milésimas<br />

de segundo que el poderoso<br />

rival descargará toda su artillería<br />

en la frasecita de los 10<br />

millones y las kermeses, es un<br />

crimen de lesa ingenuidad que<br />

se paga hasta con la renuncia y la<br />

lapidación en redes sociales: con<br />

castigo. Eso, por un lado: la falta<br />

de previsión, la incontinencia<br />

verbal; por el otro: la sagacidad<br />

del zorro que está atento al menor<br />

descuido de su presa para<br />

saltarle a la yugular.<br />

Fiel a su estilo, sin privarse de<br />

los ataques, al venírsele el mundo<br />

encima Diego Ayo expresó<br />

su sentimiento de culpabilidad:<br />

¿es posible empatizar con<br />

él aun cuando su honestidad al<br />

desnudo exhibió además, como<br />

una espina clavada, un dejo<br />

de rencor? Como fuera, su caso<br />

sirve para pensar el modo en<br />

que reaccionamos, la forma en<br />

que nos comportamos como sociedad;<br />

ya él y su conocida inteligencia<br />

(analítica, cognitiva)<br />

repasará con calma sus “c r í m e-<br />

nes”sociales —de los que nadie<br />

está exento y en los que interviene<br />

otro tipo de inteligencia<br />

En Comunidad<br />

Ciudadana no hubo<br />

abandono por discrepancia,<br />

sino por daño<br />

autoinfligido y escarmiento<br />

viral.<br />

(intuitiva, emocional)—.<br />

Con la incorporación a la vida<br />

cotidiana del sistema de valores<br />

de la política aparece un neologismo<br />

no reconocido por la oficialidad<br />

de la RAE que se usa festivamente<br />

para insinuar la autoeliminación<br />

de alguien por<br />

soltura de lengua: el “sincerici -<br />

d i o”. Volvamos a Ayo: si se considerase<br />

excesivo el presupuesto<br />

de su exagrupación, en buen<br />

plan correspondería sancionar<br />

—c a s t i g a r—a CC por su “onero -<br />

so crimen” (dicen que el oficialismo<br />

gastará 10 veces más), no a<br />

la persona que divulgó el monto.<br />

El exvocero dijo lo que (más o<br />

menos) era, fue sincero. Pero su<br />

sinceridad, de acuerdo con los<br />

valores de la política ya adueñados<br />

por la sociedad toda, es un<br />

s i n c e r i c i d i o.<br />

Penalizar la honestidad se ha<br />

convertido en uno de los deportes<br />

favoritos de quienes,<br />

paradójicamente, se sienten<br />

listos identificando “s i n c e r i-<br />

cidas”. Es cierto: en el ingrato<br />

marco de su trabajo, lo de Ayo<br />

entra en la categoría de las imprudencias;<br />

“manejar el silencio<br />

es más difícil que manejar<br />

la palabra”, dijo Clemenceau.<br />

Pero, en un mundo impregnado<br />

de hipocresías y de valores<br />

trastrocados, “la palabra se ha<br />

dado al hombre para encubrir<br />

su pensamiento”, dijo Talleyra<br />

n d - P é r i go rd .<br />

¿Cómo nos comportamos<br />

frente a casos como el de Ayo?<br />

En general decidimos mal sobre<br />

la política al igual que lo hacemos<br />

sobre otros aspectos,<br />

por ejemplo, como cuando pensamos<br />

el presente y nos olvidamos<br />

del futuro; cuando por<br />

atender lo urgente, descuidamos<br />

lo necesario. En países como<br />

el nuestro hay urgencias por<br />

resolver (en el presente), pero<br />

también necesidades que pasan<br />

esencialmente por cultivar<br />

el desarrollo humano mediante<br />

el incentivo del conocimiento y<br />

de un entorno creativo (para el<br />

futuro). Lo triste es que en países<br />

como el nuestro andamos<br />

borrachos de política improductiva<br />

y mezquina y, por eso,<br />

satisface sobremanera la coyuntural<br />

metida de pata (el crimen);<br />

entonces, no se piensa<br />

con vivacidad en lo urgente ni<br />

en lo necesario, sino en el meme<br />

para viralizar la condena (el<br />

c a s t i go ) .<br />

La coincidencia del mes de<br />

julio se extiende al origen del<br />

nombre del protagonista de la<br />

novela, Raskólnikov: proviene<br />

de la palabra rusa “ra s ko l ”, que<br />

significa “cisma”. En CC, no<br />

hubo abandono por discrepancia,<br />

sino por daño autoinfligido<br />

y escarmiento viral.<br />

Oscar Díaz Arnau es periodista.<br />

Asunto central /Tuffí Aré Vázquez<br />

El sacrificio del paro cruceño<br />

Dos certezas tenemos en<br />

las horas previas al nuevo<br />

paro convocado por<br />

el Comité pro Santa<br />

Cruz. La primera es que la extrema<br />

medida de presión tendrá parecida,<br />

por no decir igual, contundencia<br />

en el departamento cruceño<br />

que los otros tres del año pasado.<br />

La segunda es que el binomio<br />

del MAS y los cuestionados vocales<br />

del Tribunal Supremo Electoral<br />

no retrocederán ni un milímetro<br />

en su avance imparable hacia el<br />

20 de octubre.<br />

Evo Morales y Álvaro García Linera<br />

se mantendrán hasta el final<br />

como los candidatos del oficialismo,<br />

a pesar de perder el referéndum<br />

del 21-F, y los criticados árbitros<br />

electorales permanecerán<br />

atornillados en sus cargos, no porque<br />

quieran quedarse a padecer el<br />

tormento del desprestigio, sino<br />

porque sencillamente al gobierno<br />

no le conviene que se vayan tres<br />

meses antes de los comicios.<br />

Como al binomio y a los vocales<br />

no les hacen mella los paros, y como<br />

no ocurrirán las renuncias que<br />

Esperar que en<br />

momentos tan agitados<br />

las emociones no<br />

traicionen a la inteligencia<br />

y que la intransigencia<br />

no arrastre<br />

a un país al precipicio.<br />

demandan los ciudadanos y las<br />

organizaciones opositoras, ¿para<br />

qué parar?, cuestionan, sobre todo<br />

en la intimidad, algunos dirigentes<br />

empresariales, que, a pesar<br />

de las pérdidas económicas, tendrán<br />

que acatar otra vez a regañadientes<br />

la decisión de la Asamblea<br />

de la Cruceñidad.<br />

Otros ejecutivos de influyentes<br />

instituciones empresariales han<br />

evitado la más mínima exposición<br />

pública y han preferido el silencio<br />

cuando les preguntan sobre el paro<br />

para no correr el riesgo de afectar<br />

sus buenas relaciones y sus<br />

acuerdos con el gobierno, que se<br />

les acercó con actitud seductora<br />

en pleno año electoral.<br />

Pese al cálculo de los costos y a<br />

los temores de algunos dirigentes,<br />

es muy probable que el paro cruceño<br />

se acate en forma mayoritaria,<br />

sencillamente porque el malestar<br />

por los abusos del poder, y<br />

el compromiso con el voto popular<br />

está fuertemente arraigado en<br />

los ciudadanos. La bronca es más<br />

fuerte que cualquier interés sectorial,<br />

más allá de que las circunstancias<br />

y el humor social de ahora<br />

son algo distintos a los del 12 de<br />

enero, el 21 de febrero y el 6 de diciembre<br />

del año pasado, cuando<br />

se acataron tres paros.<br />

La efervescencia social de entonces,<br />

estimulada por la nueva<br />

oposición que se encarnó en las<br />

plataformas ciudadanas, parece<br />

haber disminuido tras una sagaz<br />

maniobra del gobierno para desmovilizar<br />

y, sobre todo, desviar<br />

la atención de los opositores hacia<br />

la competencia electoral. Hábilmente<br />

el oficialismo consiguió<br />

que se relegue a un segundo<br />

plano la lucha por el 21-F.<br />

En medio de la dispersión y el<br />

aparente aflojamiento de la resistencia<br />

callejera, una joven y<br />

envalentonada dirigencia cívica<br />

cruceña retoma la conducción<br />

de la defensa del voto, cuando<br />

suenan ya los choques de la que<br />

será este año la mayor de las feroces<br />

disputas del poder.<br />

Santa Cruz y su institución cívica<br />

se ponen de nuevo al frente<br />

de otra costosa batalla, como<br />

ocurrió en décadas pasadas,<br />

cuando se asumieron riesgos y<br />

soportaron pérdidas para arrancar<br />

conquistas como las autonomías<br />

universitaria, municipal y<br />

departamental, o las regalías y<br />

otras reivindicaciones sociales y<br />

económicas que ahora se disfrutan<br />

en el país.<br />

El peor error político que puede<br />

cometer el gobierno en las siguientes<br />

horas es empujar a sus<br />

seguidores a enfrentar a la movilización<br />

cívica-ciudadana y<br />

otorgar el mérito de la convocatoria<br />

sólo a los partidos opositores.<br />

A pesar de que se subestima<br />

su vigencia y su rol, el Comité Cívico<br />

demostró en el último año<br />

ser la única institución que consigue<br />

parar a Santa Cruz. Semejante<br />

fuerza exige, por lo tanto, a<br />

sus nuevos dirigentes estar a la<br />

altura de responsabilidades tan<br />

altas.<br />

Es posible que la inédita situación<br />

a la que hemos llegado, de<br />

tener cuatro paros en poco más<br />

de un año, no ablande al poder.<br />

Sin embargo, habrá quedado este<br />

martes de protestas al menos<br />

el testimonio concluyente del<br />

compromiso ciudadano con su<br />

democracia. Queda ahora esperar<br />

que en momentos tan agitados<br />

las emociones no traicionen<br />

a la inteligencia y que la intransigencia<br />

no arrastre a un país al<br />

p re c i p i c i o.<br />

Tuffí Aré Vázquez es periodista,<br />

Premio Huáscar Cajías y Premio<br />

Libertad de Expresión 2019.

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