TU REVISTA10 ENERO 2020

Nadie quiere
sentirse mal
De hecho, si lo piensas sería muy aburrido tener
una vida en una misma línea de calma, para
eso están los pensamientos, las emociones…
Nuestra vida que cada día florece, se marchita
y como cada estación nos vamos moviendo, renaciendo…
Ahora bien, dentro de esos momentos de torbellinos
¿cómo hacemos para no sentirnos mal,
o como mínimo entrar y salir de la emoción?
Todos deseamos estar
como mínimo tranquilos,
serenos. Deseamos
solucionar, que todo
esté en orden en nuestra
vida, pero hay momentos
y a veces muy
seguidos, que nuestra
vida se pone patas arribas.
Y es que así es la
vida picos que suben y
bajan, como nuestro
corazón cuando marca
nuestros latidos en un
electrocardiograma.
Observar los pensamientos
que nos limitan
no es fácil, tampoco difícil,
simplemente es un
trabajo diario.
La física cuántica explica
muy bien el concepto
del observador. Cuando
actúa un observador
sobre un objeto, este
cambia su vibración y
hasta su posición.
¿Cómo puedo
usarlo entonces
en mi vida diaria?
Aquí tienes un ejemplo:
• Me levanto por la
mañana y mis pensamientos
se activan en
lo que voy a hacer hoy
y ya de paso, la semana
que viene, este mes
y al año siguiente. También
en todo lo que tengo
por resolver y todo se
amontona produciendo
un caos momentáneo
en nuestra mente.
• Comienzas a sentir
una sensación de premura,
de preocupación
y por lo tanto tu cuerpo
responde (dolores, agitación,
cansancio, se dificulta
la respiración...)
• Observo lo que
pienso, y me pregunto
en voz alta: “¿Qué acabo
de pensar?” Repasa
lo que pensaste. Lo más
probable es que el miedo
aparezca, o la rabia,
el resentimiento... No
importa, lo observo.
• Veo en qué lugar
del cuerpo se posiciona,
el cuello, la mandíbula,
los hombros, piernas, la
boca del estómago…
Observo incluso cómo
estoy respirando.
• Observo y repaso...
Pensé esto y me
dolió o molestó esto…
Nada más.
• Una vez que lo has
observado y sentido, lo
estás dejando salir.
• Ahora, hazte esta
pregunta: “¿Para qué
me sirve?” Aquí es importante
ser honesto
con nosotros mismos.
Quizás te sirve para no
hacer, para quedarte
en casa, para obtener
la atención del otro,
para compadecerte...
O simplemente puedes
responderte “para
nada”. No importa para
qué, solo obsérvalo sin
juzgarte.
• Con este ejercicio
lo que estamos consiguiendo
es llevar nuestra
mirada hacia nosotros.
Dejamos de ver al
otro como culpable de
nuestras desdichas. Estamos
tomando consciencia
de lo que sentimos
y pensamos.
¿Cómo deseas
sentirte? ¿Qué
puedes hacer o
pensar para que
te ayude a sentirte
diferente?
Entra en tus pensamientos,
en tus emociones,
toma consciencia
de lo que piensas y
lo que sientes, es muy
importante para que tomes
la decisión de salir
y hacer el cambio.
Parece largo
pero no lo es.
Escríbeme si lo
haces y dime
qué ha ocurrido.
Te leo.
Clairet Reyes
Instagram @clairetreyes
info@clairetreyes.com
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