Michel de Nostradamus - Centurias (2)

Los conjurados durmiendo serán muertos.
XII
XIII
XIV
XV
XVI
XVII
XVIII
XIX
XX
XXI
XXII
Levantar un ejército para llegar al Imperio,
Del Vaticano la sangre Real resistirá:
Flamencos, Ingleses, España con Aspirio,
Contra Italia y Francia contenderá.
Un dudoso no vendrá lejos del reino,
La mayor parte lo querrá sostener,
Un capitolino no querrá que él reine,
Su gran carga no podrá mantener.
Lejos de su tierra el Rey perderá la batalla,
A punto de escapar acosado por los seguidores preso,
Ignaro preso bajo la malla dorada,
Bajo un fingido hábito y sorprendido el enemigo.
En la tumba será hallado el Príncipe,
Que tendrá el premio por encima de Nuremberg,
El Español Rey en sutil capricornio,
Engañado y traicionado por el Gran Gutrenberg.
El que será raptado por el joven Milvio,
Por los Normandos de Francia y Picardía,
Los negros del templo del lugar de Negrisilve,
Harán albergue y fuego de Lombardía.
Después de las limas quemadas los burreros,
Obligados estarán a cambiar hábitos varios,
Los Saturninos quemados por los molineros,
Aparte muchos que no estarán cubiertos.
Por los Físicos el gran Rey abandonado,
Por suerte, no arte, del Ebrien está en vida,
Él y su yerno al alto reino empujado,
Gracia dada a la gente que a Cristo envidia.
La verdadera llama engullirá a la dama,
Que querrá arrojar los Inocentes al fuego,
Al llegar al asalto el ejército se inflama,
Cuando en Sevilla monstruoso buey sea visto.
La unión fingida durará poco,
Unos habrán cambiado, la mayoría reformados,
En los barcos habrá gente endurecida,
Roma tendrá entonces un nuevo leopardo.
Cuando los del polo ártico estén unidos.
En Oriente gran espanto y temor,
Nuevo elegido, el grande sostenido tiembla,
Rodas, Bizancio con sangre Bárbara teñida.
Dentro de la tierra del gran templo Céltico,
Sobrino en Londres por Paz fingida lastimado,
La barca entonces se hará cismática,