Expocultur #84
Revista Expocultur - Viajes & Cultura. Número 84
Revista Expocultur - Viajes & Cultura. Número 84
Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
Heinz Beck, del hotel Conrad Algarve, en Quinta do Lago; el
Vista, en la playa de Rocha, Portimão, del chef João Oliveira; y
el Bon Bon, en Carvoeiro, encabezado por el chef Louis Anjos.
Y entre unos y otros se despliega la amplia oferta gastronómica
de la región. De sotavento a barlovento, del cabo de
San Vicente al Guadiana, las opciones son muchas y muy distintas,
y van desde los restaurantes que ponen sobre la mesa
los “clásicos” locales, como la cataplana –en cualquiera de sus
múltiples versiones– o los pescados y maricos frescos, hasta
las terrazas de playa o los locales de especialidades de cualquier
lugar del mundo.
Sabores de Algarve
Además del pescado y el marisco, resultado ineludible de
esos más de 200 kilómetros costa, el Algarve es lugar de sabores
excepcionales, producto
de una dilatada tradición y,
sobre todo, de las manos
mágicas de quienes se encargan
de darles vida.
Una clara muestra de esto
son los quesos locales. Los
frescos y curados de cabra,
de la serranía algaravía, se han
coronado como los más
populares de la zona. Una
buena opción para descubrir
los quesos locales, además
de algunas de las propias
queserías y explotaciones
visitables de la zona, es la
Feria del Queso y el Vino de
Faro, un punto de encuentro
con los mejores productores
de la zona, pero también del
resto de Portugal, y una
buena muestra de lo enormemente
atractivos que suelen
ser los diversos festivales gastronómicos
de la región,
desde el Festival de la Sardina
de Portimão o el Festival de
Mariscos de Olhão hasta el
Festival de la Perdiz en Martim
Longo o la Feira do Presunto de Monchique, entre muchísimos
otros, tanto en la costa como en el interior de Algarve.
En la sierra y el barrocal, la zona de transición entre la sierra
y la costa, la mesa es más de carnes, como la gallina cerejada,
el cerdo, el cordero, el jabalí o la perdiz, pero también del
cocido de garbanzos o judías, o de los embutidos, que en São
Brás de Alportel y en Querença se honran con una feria y una
fiesta. Ahí la agricultura es una de las actividades principales, y
los árboles, que dan los frutos indispensables para la fabricación
de licores y de dulces tradicionales, aportan una belleza
singular a los campos durante la floración, como el almendro en
febrero, una de las imágenes emblemáticas del Algarve.
Los dulces de almendra, higo y algarroba, como el dom
Rodrigo, que se presenta envuelto en vistoso papel de aluminio,
o el morgado, normalmente adornado con motivos regionales y
flor de almendro, o los dulces de pasta dura de almendra que
reproducen los más diversos frutos y verduras, así como los típicos
figos cheios (higos rellenos) y el aguardiente de madroño o
de higo, o el licor de almendra amarga, forman parte fundamental
del patrimonio gastronómico y cultural del Algarve.
Algarve tierra de vinos
Como siempre en el mundo del vino, el lugar lo dice todo,
y el Algarve, como extremo sur de Portugal, reúne las condiciones
necesarias para la producción de grandes blancos, tintos y
rosados. Incluso, cuatro zonas productoras en la región cuentan
con Denominación de Origen Protegida (DOC): Lagoa DOC,
Lagos DOC, Portimão DOC y Tavira DOC. Ya sea acompañando
unas tradicionales almejas al estilo Bulhão Pato, o un arroz con
marisco, o un pescado a la plancha, o incluso un plato de caza,
los vinos del Algarve son una
parte fundamental de la gastronomía
local.
Pero el universo vinícola
de la región no se limita a la
mesa, el enoturismo algaravío
ha experimentado un importante
y, sobre todo, muy
atractivo avance en los últimos
años. La oferta de bodegas
visitables crece constantemente,
y cada vez son más las
rutas que permiten descubrir
toda la riqueza de los vinos
de esta región. Herdade dos
Seromenhos, Monte do Além
o Quinta da Horta Nova, en la
zona de Lagos; Quinta da
Vinha o Quinta do Francês, en
Silves; Quinta dos Vales,
Monte dos Salicos y Herdade
do Morgado do Quintão, en
Lagoa, son solo algunos de los
muchos ejemplos de las múltiples
bodegas y viñedos que
se encuentran en el Algarve.
En todo caso, la cultura
enológica local es espléndida,
y se puede decir que descubrirla es una de las mejores maneras
de conocer la diversidad, la historia y la cultura del sur de Portugal.
De mar y tierra
El Algarve es un singular punto de encuentro entre el mar
y la tierra. Litoral, berrocal y serranía hacen del extremo sur de
Portugal un paisaje diverso, polifacético, que, por supuesto, se
ve reflejado en una gastronomía igualmente caleidoscópica.
Lagos, Portimão, Albufeira, Faro, Olhão, Monchique, Querença,
Alta Mora, Azinhal…, recorrer la región supone, en definitiva,
descubrir y disfrutar de una oferta gastronómica rica y diversa.
Desde un pequeña tasca hasta un restaurante con estrella
Michelín; desde un pintoresco mercado hasta un frondoso
viñedo, el Algarve ofrece experiencias realmente apetecibles.
Más información en: www.visitalgarve.pt
EXPOCULTUR / 52