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14 SANTO DOMINGO, RD. LUNES, 3 DE AGOSTO DE <strong>2020</strong><br />
La República<br />
Todo luce paralizado en el Palacio Nacional mientras el actual Gobierno se prepara para el regreso a casa de sus funcionarios, y de otro lado los nuevos inquilinos esperan el<br />
domingo 16 de agosto para ascender las escalinatas de la sede del centro de poder de la nación.<br />
DALTON HERRERA<br />
Santo Domingo, RD<br />
Las pisadas de los empleados<br />
caminando por los pasillos<br />
del Palacio Nacional<br />
disminuyen con el pasar<br />
de los días y los chirridos<br />
de las yipetas de los funcionarios,<br />
cuando se parquean,<br />
ya no hacen tanto<br />
ruido como antes. Son reflejos<br />
de la soledad del poder.<br />
El Despacho del ministro<br />
Administrativo de la<br />
Presidencia, aquel que<br />
hasta hace poco, por el cúmulo<br />
de trabajo, tenía en<br />
ocasiones la oficina llena,<br />
hoy las personas que asisten<br />
allí son despachadas<br />
de inmediato.<br />
Incluso, hasta las exigencias<br />
que agentes de seguridad<br />
le hacen a cada<br />
visitante, como medidas<br />
protocolares de ingreso,<br />
parecen relajarse con la<br />
llegada del nuevo Gobierno<br />
que tomará posesión<br />
en 13 días.<br />
Y es que todo ha transcurrido<br />
de esa forma desde<br />
que el Partido de la Liberación<br />
Dominicana<br />
(PLD) perdió las elecciones<br />
el pasado 5 de julio,<br />
ya que el presidente Danilo<br />
Medina se ha dedicado<br />
a inaugurar sus últimas<br />
obras de Gobierno, por lo<br />
que en estos últimos días<br />
se ha mantenido casi ausente<br />
del Palacio Nacional.<br />
En un lugar donde a<br />
Los síntomas de la<br />
soledad del poder<br />
De pasillos congestionados a espacios sordos y solitarios<br />
diario iban y salían funcionarios,<br />
directores y sindicalistas<br />
que se presume<br />
gestionaban ayudas y proyectos<br />
para beneficio de<br />
su comunidad, hoy solo<br />
se siente al viento recorrer<br />
esas paredes y mosaicos, y<br />
solo así lo hace cuando el<br />
clima lo dictamina.<br />
Solamente quedan los<br />
empleados de las distintas<br />
estructuras que conforman<br />
el Poder Ejecutivo y que discretamente<br />
se mantienen<br />
en sus puestos de trabajo<br />
para concluir con su agenda<br />
gubernamental y su servicio<br />
a la Patria.<br />
También están los policías<br />
que nunca dejan sus<br />
puestos en los puntos clave<br />
de cada rincón del edificio,<br />
aunque, en comparación<br />
con los años dorados del<br />
poder, estén más aliviados<br />
al tener menos responsabilidades<br />
y menos visitantes<br />
que tratar.<br />
A TRECE DÍAS<br />
El final.<br />
Un ambiente de nostalgia<br />
inunda el Palacio Nacional<br />
a poco para el final<br />
de la actual gestión<br />
de Gobierno peledeísta.<br />
Abinader tomará posesión<br />
de un nuevo Gobierno<br />
este 16 de agosto,<br />
tras la derrota del PLD,<br />
secuencialmente en el<br />
poder durante los últimos<br />
16 años. Allí se percibe<br />
una inevitable sensación<br />
de abandono que<br />
solo la soledad de poder<br />
puede generar.<br />
Un cambio<br />
El domingo 16 de agosto,<br />
próximo al mediodía, cuando<br />
Medina delegue el poder<br />
en su sucesor, Luis Abinader,<br />
las valijas del actual<br />
mandatario habrán de estar<br />
fuera del Palacio, y desde la<br />
sede de la Asamblea Nacional<br />
iniciará su retorno al calor<br />
de su hogar y su familia.<br />
A partir de ese momento,<br />
habrá menos gente a su alrededor,<br />
menos visitas, menos<br />
reportes, menos reuniones,<br />
menos amigos, menos<br />
compañeros. La familia lo<br />
es todo, pero en el ejercicio<br />
del poder se forma otro núcleo,<br />
gente que empieza a<br />
ausentarse, poco a poco, lo<br />
que deja un vacío y alteraciones<br />
emocionales.<br />
El drama<br />
El escritor banilejo Leonte<br />
Brea escribió en septiembre<br />
de 2009 que la soledad<br />
producida por la pérdida<br />
de poder es “dramática”, y<br />
“trágica, en ocasiones”.<br />
Esta soledad, agrega,<br />
“constituye la condensación<br />
de muchos miedos. Los de<br />
los dirigentes caí¬dos de<br />
la cima del poder. Miedos<br />
que se ensanchan en la medida<br />
en que su indefensión<br />
se agiganta por la soberbia<br />
triunfante del vencedor, por<br />
la irritación de los que se resintieron<br />
con su poder y por<br />
las cacerías mediáticas espectaculares”.<br />
Y añade: “Esto no para<br />
ahí, pues también aparece<br />
la deserción de muchos<br />
de sus seguidores que, a<br />
consecuencia de su desgracia,<br />
terminan por sentirse<br />
so¬los, desprotegidos<br />
y despreciados por<br />
algu¬nos sectores de la<br />
po¬blación.<br />
Ese clima emocional tan<br />
amenazante, deprimente,<br />
acompañante habitual de<br />
los derrotados, es determinante<br />
para transformar radicalmente<br />
la percepción<br />
social que podría tenerse de<br />
ellos, es decir, de redentores<br />
populares o representantes<br />
legítimos de la autoridad a<br />
culpables de todos los males<br />
sociales.