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GASTRONÓMICA
Pero primero vamos a su origen
Sibaris, la colonia griega del siglo VIII ubicada
al sur de Italia, fue el epicentro del arte, so!sticación
y excentricidad de su época. Conocida
como la tierra prometida de los griegos,
poseía tierras fértiles y co mercio muy
productivo. Sus habitantes, los sibaritas,
tenían como característica la búsqueda de
abundancia, lujo y confort en cada una de sus
actividades diarias, lo que fue motivo de admiración
de las colonias vecinas, dando origen
así a la de!nición que conocemos hoy. Son
también los res-ponsables de que el color
púrpura esté asociado a la realeza y lo exclusivo,
ya que lo usaban en sus telas y obras de
arte.
Sibarita de pura cepa
En los últimos tiempos se comenzaron a incorporar
a este concepto el lujo material y la ostentación,
pero es importante recuperar la verdadera
esencia de la palabra para entender que está a
nuestro alcance, mucho más de lo que creemos.
Es menester entender que el sibarita no persigue
lo exclusivo con el objetivo de ostentar su nivel
económico, por el contrario (y eso es lo más
bello e increíble de todo) siente una necesidad
que surge de una sensibilidad especial, gracias a
la cual la experiencia es diferente y superior al
del resto de la gente.
Entonces, ¿qué esperamos para
transformar los momentos cotidianos en
extraordinarios?
¿Para apreciar un vino, disfrutar del ritual
de fumar un cigarro, introducirse en el
mundo exclusivo del whisky, crear una
anécdota de éxtasis gastronómico o
procurarnos momentos mágicos mientras
el mundo afuera nos recuerda que el
tiempo es !nito y solo nos queda vivir de
la mejor manera posible?
Como dijo el gran chef Anthony Bourdain:
“Tu cuerpo no es un templo, es un parque
de diversiones. Disfruta el viaje.”
. . . . .
El sibarita procura todo
lo que le brinda placer,
distracción, alegría, paz,
tranquilidad y cierta
armonía y calidad de
vida de la que desea
rodearse cada minuto
de su vida.
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