Central 95
El Equilibrista.
El Equilibrista.
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MAURICIO DAYUB
EN TIEMPOS DE
PANDEMIA
¿Se sintió la cuarentena?
Al principio me sobrepuse muy bien. De hecho, yo
hacía semanalmente el espectáculo en mi terraza (para
mí solo), para no perder lo que había logrado. En un
año hice temporada en Mar del Plata, gira por todo el
país, mi sala y otra de 1000 localidades en Capital. Vine
acá a hacer tres funciones por semana y terminé
haciendo ocho, más una que hacía en el Nacional el día
que descansaba. Me dio un training enorme y no
quería perder ese lugar donde había dejado el espectáculo.
Sin embargo, a los tres, cuatro meses, ya me
costaba repetirlo solo en la terraza y empecé a sufrir
un poco lo que padecían todos. Ahí inventé un ciclo
que se llamó “Alguien como vos”, de relatos breves, y
creativamente reemplacé un poco esa relación que
tenía con el público, para contar y recibir devoluciones,
que es la esencia del teatro; de la manera que se
podía, llegué a hacer 15 relatos y tengo pensado
retomarlo en una segunda temporada con otros 15.
Desde el minuto cero, "El Equilibrista" es una obra que
sensibiliza, ¿creés que con la experiencia del aislamiento
la obra llegue de otra manera al espectador?
Yo hice cuatro semanas de la obra en Buenos Aires,
desde que se abrió el teatro con el 30% de aforo, y
comprobé que la pandemia le puso un plus a
"El Equilibrista", porque me animé a hablar de lo que
signi!caba recuperarse a uno mismo, recuperar los
valores personales, lo que signi!can nuestras familias,
tíos, abuelos... en un momento donde parecía que el
mercado dejaba afuera todo eso. Por eso, empecé
haciendo solo una función por semana y los productores
que me rodean me auguraban un espectáculo para
pocos y terminó siendo lo que la gente necesitaba, un
espectáculo entre los más vistos. Eso se acrecentó con
la pandemia, porque nos llevó a todos a revisarnos un
poco, a resigni!car nuestra propia vida y la relación
con el tiempo, con los que nos rodean, con el otro.
Todos entendimos que cuando un médico te salva la
vida antes fue alguien a limpiar el quirófano, otro a
esterilizar los instrumentos, alguien manejó la ambulancia;
antes valorábamos la primera línea y todo lo
demás no servía para nada. Las leyes del mercado nos
han metido en la cabeza que solo vale la tapa de la
revista, el más famoso, el que vive en el barrio caro, el
que tiene la marca más fuerte, el que vende más y todo
el resto parece que no existe, y es absolutamente
equívoco. Nos han inculcado una escala de valores
falsa. Ya en "El amateur", de algún modo, advertí y
subliminalmente puse que el menos esperado lograba
ser único en el mundo y lograba un récord que los
demás no podían. En ese entonces, ya buscaba esa
resigni!cación del logro verdadero, que te lo da el
trabajo, la disciplina, la educación. A mí me gusta el
teatro que logra poder modi!car al otro en sus dudas,
en sus convicciones, en sus decisiones. Si uno no está
seguro en algo me gusta que el teatro te empuje a
intentarlo.
Mauricio Dayub sobre
el escenario.
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