Revista Las Hojas Febrero
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Mascotas
Animales maltratados
inconscientemente
¿
Es posible que haya cada vez más animales maltratados
inconscientemente por sus dueños y que además
estén convencidos de todo lo que hacen es un beneficio
para sus perros? En este artículo intento desmontar seis
falsas creencias que la mayoría de la gente tiene sobre lo
que necesita un perro o un gato, es decir, seis maneras de
“quererlo mal”.
en posición horizontal, le da en casi todo cuerpo.
Además la temperatura corporal del perro es superior a la nuestra
por lo que si lo rapamos y lo paseamos al sol en verano vivirá un
auténtico infierno.
“El perro sólo necesita espacio”
Basándose en ella mucha gente tiene a su perro encerrado en una
terraza o un jardín, pensando que el perro es feliz siempre que
“pueda correr”. Pero un perro es un animal de manada.
El perro no quiere correr solo por el jardín o terraza, quiere que su
dueño juegue con él y le saque a pasear, y quiere estar tumbado
a sus pies cuando su dueño está en casa, no aislado como si
formara parte del mobiliario de jardín.
La compañía de otro perro rara vez alivia lo suficiente la soledad
que sienten estos animales, que suelen desarrollar síntomas de
ansiedad por separación (miedo a la soledad): destrozos, lloros y
ladridos, pipis y cacas por todos sitios, etc.
Así que ¡recuerda!: si no quieres compañía por favor no tengas un
perro. Quizás un gato sea más adecuado en estos casos. Cuando
hablamos de animales maltratados este sería uno de los ejemplos
más habituales.
“Los perros de razas pequeñas no necesitan salir a la calle”
La comodidad de no sacar al perro a pasear porque al ser
pequeño puede hacer sus necesidades en un periódico es lo
que suele estar tras esta mala práctica, que provoca miedos y
ansiedad en el animal cuyo mundo, encerrado en casa, cada vez
se hace más pequeño y aburrido.
Así que ¡recuerda!: si no quieres o no puedes sacar a tu perro a
la calle un mínimo de media hora tres veces al día, sea invierno o
verano, llueva o haga frío, por favor no tengas un perro.
“Mejor no acerco mi perro a otros perros, así evito conflictos”
El perro es un animal de manada y necesita relacionarse con los
de su misma especie. Para que esta relación no cause problemas
deberemos acercar a nuestro perro a otros perros siguiendo las
pautas de un profesional del comportamiento que nos enseñe
cómo leer el lenguaje corporal de nuestro perro y de otros perros,
cómo reaccionar en cada momento, cómo educar a nuestro perro
para controlar la manera en que se relaciona y cómo protegerlo de
posibles conflictos con otros perros.
Evitar que nuestro perro se relacione con otros por no saber
hacer todo esto es como evitar que nuestro hijo juegue con otros
niños porque no lo hemos educado. Sería otro caso de animales
maltratados… por sobreprotección.
“En verano lo rapo, así estará más fresquito”
El pelo del perro es un perfecto aislante. Su misión es mantener
estable la temperatura corporal del animal, no sólo en invierno,
sino también en verano, ya que protege la piel del perro del sol.
Rapar a un perro para no tener que barrer el pelo que suelta en
primavera y verano equivale a que nosotros saliéramos desnudos
y sin protección solar a la calle en pleno verano. A nosotros el sol
sólo nos da en la cabeza mientras que al perro, al estar su cuerpo
“Cuando va a la peluquería le ponen colonia… ¡huele tan
bien!”
La identidad de un perro se refleja y transmite en su olor corporal.
Por eso los perros se huelen entre ellos y a nosotros cuando
quieren saber con quién están tratando.
Ponerle colonia a un perro significa bloquear completamente su
delicado olfato y untar su cuerpo con productos químicos que
anulan su identidad. Lavar excesivamente al perro hace que su piel
se defienda segregando más grasa subcutánea, con lo que cada
vez olerá más “a perro”.
El cepillado diario es lo que necesitan, y el baño debe quedar
reservado para cuando el perro se ha metido en agua de mar o en
agua sucia, se ha revolcado en pipis o cacas, etc. Secarlos con
secador suele estresarlos tremendamente, así que, sobre todo en
invierno, intenta bañarlo lo menos posible.
“Hago bien en ponerle un cascabel a mi gato, así no lo piso”
Aunque hay que reconocer que es muy cómodo…para nosotros…
el ruido de los cascabeles les estresa, les asusta y, a la larga, les
deja sordos. Recordemos que el sentido del oído de un gato es
mucho más elevado que el nuestro, y que además el cascabel lo
lleva él, con lo cual suena muy cerca de sus tímpanos. Seguro que
cuando pensamos en animales maltratados nunca se nos ocurriría
creer que esto lo sea.
28 Las Hojas Febrero 2021