30.04.2021 Views

Valencia Escribe. Número 8.b

Número 8 de la Revista Digital Valencia Escribe, con más de cien páginas de relatos, micros, poesía, crítica literaria y una sección para los más pequeños.

Número 8 de la Revista Digital Valencia Escribe, con más de cien páginas de relatos, micros, poesía, crítica literaria y una sección para los más pequeños.

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

ujado un coche deportivo, o quizá era…,<br />

un todoterreno, y de mi marca preferida.<br />

¿Casualidad? ¡Qué cosas! Es que veía la<br />

carrocería, las anchas ruedas, los dos tubos<br />

de escape, el logotipo de la marca. No<br />

podía creerlo. ¿Anuncio? ¿Premonición?<br />

¿Era posible estar oyendo incluso el ronroneo<br />

del motor? ¡Qué delicia! Eso sí que<br />

era difícil, pero lo oía, estoy seguro. Bueno…,<br />

casi seguro.<br />

Pero lo mejor fue que, de repente,<br />

de uno de los lados de la taza surgió una<br />

figura femenina realmente monumental.<br />

Y se parecía a alguien, o me recordaba a<br />

alguien o a algo. La muchacha me mostraba<br />

una hermosa sonrisa y yo no sé qué<br />

cara compuse que me di cuenta de que la<br />

tía Paquita y mi madre no me quitaban ojo.<br />

Mi madre movía la cabeza con un signo de<br />

desaprobación. Seguro que estaba pensando,<br />

es que este hijo mío, si sabe que no le<br />

sienta bien y que siempre que bebe se pone<br />

tonto, no sé por qué no ha parado después<br />

de dos copitas.<br />

Si era así, a mi madre no le faltaba razón,<br />

aunque yo, de repente, me encontraba<br />

la mar de lúcido, como hacía tiempo que<br />

no estaba. Desde luego, me era imposible<br />

apartar la vista del fondo de la taza. El<br />

poso se movía al ritmo de los cadenciosos<br />

andares de la chica. ¿Quién era? Me quedé<br />

estupefacto al percatarme de que tenía algo<br />

de cada una de mis antiguas novias, quizá<br />

por eso me parecía tan maravillosa.<br />

De pronto, unas risotadas me devolvieron<br />

a la realidad. El tío Julián acababa<br />

de contar un chiste de los suyos o alguna<br />

anécdota de su agitada juventud. Yo alcé la<br />

vista y sonreí un poco estúpidamente, para<br />

no desentonar. Pero cuando de nuevo bajé<br />

los ojos a la taza para continuar mi contemplación,<br />

vi espantado un océano azabache.<br />

Mi madre me acababa de rellenar<br />

la taza de café hasta el borde mientras me<br />

miraba con un gesto admonitorio.<br />

Yo estaba espantado, todo había<br />

desaparecido. Recuerdo que comencé a<br />

hiperventilar mientras veía aquel líquido<br />

negro que daba vueltas y vueltas después<br />

de haber soterrado la maravillosa visión.<br />

Aguanté la sobremesa un rato más, hasta<br />

que decidí marcharme; deseaba que el aire<br />

fresco me diera en la cara y me despejara<br />

la cabeza.<br />

De esto hace cinco años. Debo decir<br />

que acabé comprándome el todoterreno<br />

de la marca que vi en los posos del café,<br />

también que he tenido unas cuantas novias<br />

más, pero a aquella chica…, a la chica que<br />

vi en el poso…, aún la busco.<br />

15

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!