76 BILLBO<strong>AR</strong>D <strong>AR</strong> | MAYO, <strong>2021</strong>
Ram: adelante, a toda máquina Fue el segundo álbum de Paul McCartney tras la separación de Los Beatles. Fustigado por la prensa en su momento, hoy se lo reconoce como un disco de singular encanto. Por Alfredo Rosso El principal escollo– y desafío- que enfrentaron las carreras solistas de los ex Beatles tras la separación de la banda en 1970 era que, comprensiblemente, toda obra que hicieran en forma individual sería comparada con los grandes lauros del cuarteto que le cambió la cara a la música popular del siglo XX. Culminaba 1970 y, apenas unos meses antes, Paul McCartney había anunciado oficialmente que dejaba a los Beatles. La noticia no tomó a nadie por sorpresa, ya que a esa altura sobraban indicios de que el grupo de Liverpool tenía los días contados. Así y todo, los fans y la prensa se tomaron a pecho el “no va más” de la banda que, además de su música genial, había sido un emblema de los grandes cambios e ilusiones que trajo consigo la generación que creció en los años ’60. Y culparon al mensajero –Paul- quien tuvo el tupé, además, de hacer coincidir el anuncio con la promoción de su primer disco como solista. McCartney tenía, ex profeso, una impronta casera; un disco artesanal, donde Paul tocó todos los instrumentos y, lejos de emular los logros de su pasado Beatle, su principal intención parecía ser el dejar en claro que terminaba una etapa de su vida y comenzaba otra. No se lo perdonaron: las críticas fueron mayormente negativas. Paul fue siempre un luchador, pero la hostilidad de los periodistas y parte de la opinión pública lo sumió en una fuerte depresión, de la que salió fortalecido, con ayuda de Linda, su esposa, y dispuesto a dar batalla en el terreno que conocía: la música. Así, en octubre de 1970, voló a Nueva York con su familia para comenzar la grabación de su segundo álbum, Ram. Tenía decidido involucrar a Linda en el proyecto, para hacer armonías vocales a dúo, y en lugar de tocar todos los instrumentos como en el disco anterior, McCartney se puso a probar músicos en un austero ático de Manhattan y en un sótano del Bronx. Del proceso de selección surgieron el guitarrista David Spinozza y el baterista Denny Seiwell y, en el estudio B de Columbia, el nuevo disco empezó a tomar forma, aunque Spinozza, por compromisos previos, no pudo concluir las sesiones y su lugar fue ocupado por Hugh McCracken. En pleno <strong>2021</strong> no resulta tan difícil entender el porqué de la revalorización crítica que ha experimentado Ram a lo largo de los años, sobre todo si consideramos que el álbum contenía el embrión del enorme canon musical que McCartney desarrollaría desde entonces, con álbumes de alta calidad como Band on the Run, Flowers in the Dirt, Flaming Pie y el reciente III, por nombrar solo una fracción de su extensa discografía aquilatada en medio siglo de trayectoria. En su variedad estilística, sus elaborados arreglos vocales, y el optimismo que destilan sus canciones, Ram condensa la esencia del McCartney que nos resulta hoy tan familiar. Detalles a tener en cuenta: la voz de Paul está en impecable forma a lo largo de todo Ram. Se nota desde el vamos en el registro potente, por momentos impaciente, por momentos tierno, de “Too many people”, donde se permite abordar eufemísticamente al período de confusión y desconfianza mutua que lo vio enfrentado legalmente a sus tres ex compañeros en los primeros tiempos post Beatle: “…Demasiada gente buscando su porción de torta / demasiada gente tironeada y empujada de un lado a otro…” Cinco temas más tarde, en un intenso rock llamado “Smile away”, Paul expresa a viva voz una forma de enfrentar las adversidades, ya desde el nombre del tema, que podríamos traducir como “siempre sonríe”. No obstante, las alusiones a conflictos y desencuentros están plenamente balanceados en Ram con canciones que aluden al poder balsámico del amor, la vida familiar y el estrecho contacto con la naturaleza, como se ve en “Heart of the country” (“… Quiero tener un caballo y también una oveja / y dormir muy bien de noche / viviendo en mi hogar / en el corazón del campo…”). “Long haired lady” y “Back seat of my car” son otras pruebas concluyentes de que el oído de McCartney para las delicadas melodías seguía intacto. Otro tanto puede decirse de la intensidad emocional de “Dear boy”, con su toque melancólico que habla de oportunidades perdidas en el campo del amor, o de la mini-suite “Uncle Albert/Admiral Halsey”, una viñeta familiar característica de Paul, con un marco orquestal al tono y un radical cambio de ritmo a medio camino. Un logro extra es la conjunción de voces de Paul y Linda, una de las características definitorias de Ram. Los músicos participantes en la grabación del álbum coinciden en destacar la atmósfera de camaradería que privó en las sesiones. El guitarrista Spìnozza afirma que sigue amando a Ram como el primer día, mientras que Denny Seiwell, el baterista que luego continuaría trabajando con Paul en la banda Wings, comentó acerca del modus operandi: “Cuando Paul llegaba al estudio no había ensayos ni “zapa- das” ni nada de eso. Venía a la mañana, con su familia, y nos tocaba en el piano o en guitarra acústica la canción que grabaríamos ese día. Una vez que nos hacíamos una idea de la onda del tema, los demás trabajábamos en nuestras diferentes partes…” Spinozza y Seiwell también tocaron en “Another day”, single que originalmente no integró Ram (aunque fue un obligado bonus track en las reediciones en CD, al igual que su lado B, “Oh woman, oh why”) y que devolvió a McCartney a lo alto de los charts, tanto en el Gran Bretaña, donde alcanzó el puesto número dos, como en Estados Unidos, donde llegó al quinto lugar. En cuanto a la portada de Ram, que muestra a Paul agarrando un cordero por la cornamenta, es una clara imagen del espíritu pastoril que rodeó la gestación de las canciones, y del clima distendido y familiar que reinaba en la granja de Paul en Escocia, lejos de las batalles legales que arreciaron tras la separación de los Beatles. El nombre “Ram” es interesante por su ambigüedad, ya que en inglés significa “cordero” pero también, en su acepción como verbo: “empujar o golpear algo con fuerza”. Ese empuje, precisamente, que siempre incitó a McCartney a ir hacia adelante, a despecho de cualquier adversidad. Visto con la perspectiva de medio siglo después, Ram representa un eslabón insoslayable en la carrera de Paul McCartney, el comienzo de la afirmación definitiva de su personalidad musical pos-Beatle. Su equilibrio entre reflexión existencial y candidez, su estimulante diversidad musical y su frescura, lo convierten en un álbum que se ha potenciado con el paso del tiempo. • BILLBO<strong>AR</strong>D.COM.<strong>AR</strong> 77