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REVISTABIELALIBREnº2

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LOS MIRO DESDE FUERA

Carlos

lo lleva en la sangre. Su padre fue

ciclista. Él y su hermano lo son. Aún

no profesionales, si no, ya no

estaría aquí Carlos. Pero caminan

bastante, y tienen el resto de

valores necesarios para

conseguirlo: esfuerzo, sacrificio,

constancia, y el más importante,

motor.

También heredaron esa pasión. A

su padre, Félix, le apodaron el

Trampas por que falseaba su edad

para poder correr en carreras de

juveniles sin tener la edad. El deseo

de una oportunidad, lo llamaría yo.

Eso es lo que llena a Carlos. El

deseo de una sola oportunidad.

Estoy seguro de que si un genio le

ofreciera a Carlos un deseo que no

fuera el de ser profesional, Carlos le

pediría la oportunidad de acudir al

camp de un equipo WT para saber

lo que hay y que le conozcan.

Ganar el Trofeo Víctor Cabedo y

hacer top10 en el Valromey juvenil

fueron su carta de presentación en

el mundo u23, junto a su

participación en el mundial de

Bergen. Un buen inicio en el

Sanroma y un sensacional

Iberdrola, dieron paso a partir de 5

a top 10 en las GC de Navarra,

Castelló, Ávila, Salamanca

Valencia y Galicia, y un 5º en el

nacional.

Tras cadetes e infantil de primero,

corrió sin equipo, luego se unió a la

UC Fuenlabrada y de ahí, en 2016,

a la Fundación.

Carlos llegará. Y llegará por que

tiene muy claro lo que quiere ser. Y,

dotado con las cualidades para

ello, ese “querer” le permite

mantener la constancia necesaria

para conseguirlo.

No se si sueña con ello. Pero

cualquier mánager que lea esto,

debería invitarlo al próximo training

camp de su equipo. ¿Por qué? Por

que no hay mejor soñador que

sueñan con cosas factibles, por

que entonces, la motivación

nunca muere, y podrán demostrar,

que los sueños, se pueden cumplir.

Los kilómetros y días de

competición jugarán a su favor

cuando de el salto finalmente.

Ahora le llegan citas importantes.

Isard, el Giro u23…

Estoy seguro de que aún está lejos

del máximo nivel que alcanzará

este año, que este llegará, y que se

traducirá en resultados.

Y con el tiempo en el

profesionalismo. Ya veremos si en

un Kometa Cycling Profesional

Continental o en otro equipo. Pero

llegará.

Elosegui,

adesso conocido como el León de

Zierbena, no se por qué, pero me

recuerda muchísimo a un exciclista:

Laurent Fignon.

No lo se. Quizás sean los ojos claros,

o quizás el pelo. O quizás su

carácter de estudioso. Por que a

Fignon no solo le llamaban Le

Professeur por sus gafas. También

por que en esa época, era de los

pocos ciclistas con algo de

estudios. Y una cabeza pensante,

también.

Iñigo piensa. Lo de estudiar es lo de

menos. Quiero decir, no lo

considero algo meritorio. Hoy es

totalmente factible. Lo que quiero

decir con piensa es que parece

tenerlo todo en su cabeza, todo

bajo control. Y eso sí es una virtud.

Como su postura. Iñigo es

espectacular sobre la bici. Su

espalda totalmente recta, me

recuerda a Bob Jungels sobre la

misma. Y al final no se trata de ir

solo fuerte, sino rápido. Y ser capaz

de ir fuerte con posiciones así,

suma.

No creo que sea necesario hablar

de su palmarés, en el que acumuló

campeonatos de Euskadi, Vizcaya,

medalla en el de España, general

de Álava y podio en la de Besaya,

top15 en mundiales y europeos en

juveniles (y campeón de España

en cadetes CRI). Entrada en u23s

en un equipazo como lo era la

39

Fundación Euskadi ese año para

ser amateur, con top10s en varias

pruebas, ayudas a compañeros

decisivas y un top10 en la Volta a

Castelló. Fichaje por el Lizarte,

inicio de menos a más, Girobio, y

campeón nacional en ruta. Final

de año espectacular con un 4º en

la GC de Galicia, 3 victorias en

pruebas de un día, 7º en la general

de León, y convocatoria a los

europeos. Y así ha llegado su año,

donde ya ha firmado una

grandísima, el Memorial

Valenciaga, salido con la selección

(top15 en Etoile d’Or y

participación en el pavés), y un

recital trabajando en Aitzondo.

Además, ha sido uno de los que ha

podido disfrutar del Tour de

Bretagne y ahora se encaminará a

las próximas grandes pruebas del

equipo Lizarte. Tomará la salida

probablemente en el Giro u23, y

una entre Aosta y Navarra.

¿El año que viene? Espero que con

el logo del World Tour en el pecho

derecho, o como mínimo, el del

UCI Europe Tour.

Cuando llegó a la Fundación

Euskadi en 2017, se encontró en un

equipo en el que estaban Sergio

Rodríguez, Marc Buades, López

Cózar, Óscar González, Fernando

Barceló, o Cyril Barthe entre otros.

Ahora, es, con Roger Adriá, quizás

el corredor más referencia en

Lizarte. Pese a ello, comparte

equipo con corredores igualmente

tan buenos como Martí Márquez,

Iván Moreno, José Félix Parra o Kiko

Galván entre otros, y no ha tenido

problemas en dedicar la mayor

parte de su inicio de temporada a

trabajar para el equipo.

Si queréis ver la evolución de un

corredor, desde hace años hasta

ahora, nada como su Instagram.

Allí podréis verle de chaval, y ya

veréis en él cosas que no han

dejado de acompañarle: Su pasión

por el ciclismo, su feeling con los

compañeros, una sonrisa cuando

va en bici, y saber to enjoy the life.

In bocca al lupo a los 3. En el

ciclismo, y en el resto de vuestras

vidas.

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