Listín Diario 30-06-2022
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8<br />
DÍA DEL MAESTRO<br />
<br />
Eugenio María de Hostos<br />
Salomé Ureña dejó al país no solo el Instituto de Señoritas, sino que si legado transciende en sus poesías y en el de sus hijos. ARCHIVO<br />
Ercilia Pepín<br />
GRANDES MAESTROS<br />
DEL AYER Y DE HOY<br />
Legado. La historia tiene una larga lista de personas que dedicaron<br />
gran parte de sus vidas, en algunos casos por completo, a sembrar el<br />
pan de la enseñanza en los pequeños ciudadanos de este país.<br />
CARMEN GUZMÁN<br />
carmen.guzman2@listindiario.com<br />
Santo Domingo, RD<br />
El <strong>30</strong> de junio es una<br />
fecha tan importante<br />
como el Día de la<br />
Madre o el Día del<br />
Padre, qquí en República<br />
Dominicana, pues se celebra<br />
a quienes pasan la mayor cantidad<br />
de horas en el día con los hijos;<br />
estos, son los maestros, hombres<br />
y mujeres que con vocación<br />
y entrega ponen al servicio de la<br />
nación sus habilidades intelectuales,<br />
empáticas y humanas, para<br />
que la sociedad tenga mejores<br />
ciudadanos.<br />
Al recorrer la historia de esos<br />
grandes educadores que ha tenido<br />
la nación, es fácil encontrar<br />
que su dedicación en enseñar<br />
sobrepasaba muchos<br />
obstáculos y barreras, se puede<br />
notar que su mayor salario era<br />
dejar al país alumnos preparados<br />
para desenvolverse en cualquier<br />
área les toque estar, y hacerlo<br />
con dignidad y elevado<br />
valor moral.<br />
Abriendo caminos<br />
Al hablar de educación y maestros,<br />
es casi obligatorio mencionar<br />
a Eugenio María de Hostos,<br />
precursor de las escuelas existentes<br />
en República Dominicana.<br />
Para 1880 Hostos fundó lo que<br />
fuera la primera escuela normal<br />
de Santo Domingo, la cual se enfocaba<br />
en formar a las personas<br />
de manera completa, y capaces<br />
de construir en sus propios países<br />
sociedades libres.<br />
Reivindicó la ciencia y la razón<br />
frente a la orientación religiosa<br />
propia de la herencia colonial, e<br />
influyó especialmente en el campo<br />
de la moral, la jurisprudencia<br />
y la sociología.<br />
En 1881 fundó la Escuela Normal<br />
de Santiago de los Caballeros<br />
también en República Dominicana<br />
y publicó el ensayo: Los<br />
frutos de la Normal (exposición<br />
de pedagogía práctico-científico)<br />
escrita por encargo del gobierno<br />
dominicano. Tres años después,<br />
se gradúan los primeros maestros<br />
normalistas, para tal ocasión<br />
Hostos pronunció su destacado<br />
discurso: Apología de la Verdad.<br />
Entre sus otros aportes a la<br />
educación dominicana sobresalen:<br />
la creación de la Escuela<br />
Nocturna para la clase obra y publica<br />
en el 1888 y, para el 1900 a<br />
solicitud del Estado Dominicano,<br />
reorganiza la enseñanza pública<br />
del país.<br />
01<br />
Andrison Jímenez<br />
Andrison Jímenez<br />
dice que ser maestro<br />
de Educación Física es<br />
un compromiso igual de<br />
importante que las demás<br />
materias básicas. Recién<br />
graduado de esta carrera<br />
y con apenas 26 años,<br />
dice que no solo quiere<br />
enseñar habilidades<br />
físicas a sus estudiantes,<br />
“me gustaría dejar la<br />
semilla de los buenos<br />
valores y un buen sentido<br />
de la responsabilidad”.<br />
Su inspiración nació<br />
mientras estaba en el<br />
Club de Conquistadores,<br />
esto junto a su maestro<br />
Martín Ovieda, le hicieron<br />
decidirse en ser maestro.<br />
Nehemías Aragoné<br />
Una mujer de peso<br />
Siguiendo los pasos de su padre<br />
Nicolás Ureña de Mendoza,<br />
quien era educador y amante de<br />
la poesía, Salomé Ureña, se destacó<br />
como una de las grandes<br />
mujeres de su época.<br />
Poetisa, maestra y madre, está<br />
mujer entendía que los conocimientos<br />
adquiridos por ella a<br />
otras mujeres también debían tenerlos,<br />
es así que con el apoyo<br />
y motivación de Hostos, decide<br />
abrir las puertas del Instituto de<br />
Señoritas Salomé Ureña, desde<br />
el cual se pretendía enseñar lecciones<br />
básicas a las féminas de finales<br />
de 1800.<br />
Con unas 14 alumnas, el instituto<br />
estuvo ubicado en la calle<br />
Isabel la Católica, número <strong>30</strong>8,<br />
lugar donde también residía la<br />
fundadora.<br />
De acuerdo al libro “Salomé<br />
Ureña y el instituto de señoritas<br />
(1960)”, del escritor dominicano<br />
Emilio Rodríguez Demorizi,<br />
el programa académico estaba<br />
integrado por cursos prácticos,<br />
como aritmética, geografía, cosmografía<br />
y letras. Otras disciplinas<br />
impartidas fueron gramática,<br />
geometría, historia natural, historia<br />
patria, y lo que no podía faltar,<br />
la poesía.<br />
Para el año 1887, la educadora<br />
tuvo el placer de ver su trabajo<br />
convertido en realidad, puesto<br />
que el Instituto de Señoritas invistió<br />
las primeras seis maestras<br />
del país.<br />
El resto es historia, pues muchas<br />
generaciones de grandes<br />
mujeres dominicanas pasaron<br />
por las aulas de este centro.<br />
Revolución en el sistema<br />
educativo<br />
Otra mujer que no solo se enfocó<br />
en impartir clases, fue Ercilia Pepín.<br />
A pesar de provenir de una<br />
familia acomodada, ella decidió<br />
luchar por la educación de aquellos<br />
que eran menos favorecidos.<br />
Graduada con mención honorifica<br />
en 1913, basó su tesis en los<br />
principios de Eugenio María de<br />
Hostos, dando énfasis a la objetividad<br />
de las cosas.<br />
Una vez dentro de las aulas,<br />
empezó a gestionar cambios importantes<br />
para el sistema educativo,<br />
entre los que se destacan: