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Las películas imprescindibles del IES León Felipe (2022-2023)
12 hombres sin piedad. Sidney Lumet, USA, 1957. (4º ESO)
El negativo de un juicio y
una lección de Psicología
Por Enrique Fernández Lópiz
Ficha técnica y artística
Título: 12 hombres sin piedad
Título original: 12 angry men
Dirección: Sidney Lumet
País: Estados Unidos
Año: 1957
Fecha de estreno: 29/07/1957
Duración: 96 min
Género: Drama
Reparto: Martin Balsam, John Fiedler, Lee J. Cobb,
E.G. Marshall, Jack Klugman, Ed Binns, Jack Warden,
Henry Fonda, Joseph Sweeney, Ed Begley
Guión: Reginald Rose
Sinopsis
Los doce miembros de un jurado deben juzgar a un
adolescente acusado de haber matado a su padre.
Todos menos uno están convencidos de la culpabilidad
del acusado. El que disiente intenta con sus
razonamientos introducir en el debate una duda
razonable que haga recapacitar a sus compañeros
para que cambien el sentido de su voto.
En Doce hombres sin piedad, los miembros de un
jurado en EE.UU. deben juzgar a un adolescente
acusado de parricidio. Al principio del film, once de los
doce componentes del jurado están decididos a
condenar al convicto a pena de muerte. Pero uno de
sus miembros, quizá el principal protagonista, Henry
Fonda, manifiesta sus dudas sobre el caso y decide
defender la inocencia del muchacho. A partir de ahí
intenta convencer a los otros miembros del tribunal
sobre la complejidad del asunto en el juicio, los errores
de la defensa y, pues, la previsible inocencia del
presunto asesino.
Es una película de calado, de envergadura, una genial
dirección de actores de parte de Sydney Lumet, que
consigue, en un ambiente asfixiante de calor y
claustrofóbico social y físicamente, meternos dentro del
corazón y la mente de hombres muy diversos que
constantemente se enfrentan con modales de enfado y
rabia (en realidad la película originalmente se titula
Doce hombres enfadados: (“Twelve Angry Men”)
pugnando por sus propias valoraciones sobre el caso,
lo que suscita las más interesantes pero también
peregrinas valoraciones. Todo ello en un ambiente que
Lumet hace irrespirable entre gestos crispados e
íntimas angustias.
Si la dirección de Lumet es fantástica, no menos lo son
el gran guión de Reginald Rose, un guión que aborda
el comportamiento humano en su más pura esencia; la
magnífica la música de Kenyon Hopkins; y la