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CAPÍTULO II: VALORACIÓN<br />
2.1 VALORACIÓN DEL PACIENTE<br />
La valoración del paciente ha de ser el punto de partida para planificar la atención<br />
al individuo con la presencia o riesgo de aparición de HCC. Hemos de abordarla desde<br />
una perspectiva integral, para ello es necesario realizar una valoración que incluya:<br />
1) Realizar valoración de enfermería de los patrones funcionales y necesidades<br />
de salud (salud, capacidad funcional, mental, social, nutricional, etc.). Escalas<br />
de valoración del riesgo (BRADEN, EMINA, NORTON modificada).<br />
Se adjunta en Anexos 0 y I las escalas de BRADEN y NORTON modificada.<br />
2) Historia clínica del individuo, con examen físico completo, prestando especial<br />
atención a factores de riesgo y a las causas que influyen en el proceso de ci-<br />
catrización.<br />
3) Exploración vascular (palpación de pulsos, ITB, TcPO2, etc.) y neurológica<br />
(sensibilidad superficial, profunda, vibratoria, térmica, reflejos, etc.).<br />
4) Valoración nutricional de manera periódica, asegurando una ingesta de nu-<br />
trientes adecuada, –con suplementos si es preciso–, compatible con las ca-<br />
racterísticas del paciente (dentición, deglución, etc.) y con sus deseos.<br />
5) Valoración sobre los aspectos psicosociales, identificando a la persona cuida-<br />
dora principal.<br />
2.2 VALORACIÓN DEL CUIDADOR<br />
Cuando el peso de la atención del paciente con heridas crónicas dependiente es<br />
llevado a cabo por un miembro del entorno familiar, a éste se le llama comúnmente cui-<br />
dador principal. Esta figura se define como la persona, familiar o allegado con mejores<br />
condiciones para asumir responsablemente el cuidado del paciente, que acepta gene-<br />
ralmente de forma voluntaria. De modo que debemos evaluar actitudes, habilidades, co-<br />
nocimientos, medios, materiales y apoyo social de la persona cuidadora principal. Así mis-<br />
mo, debemos valorar de forma periódica al cuidador mediante evaluadores como el Ín-<br />
dice del Cuidador (entrevista semiestructurada que sugiere el nivel de esfuerzo), Escala<br />
de sobrecarga del cuidador o ZARIT (cuestionario autoadmnistrado), etc., de modo que<br />
podamos identificar a tiempo una sobrecarga y dificultades en el cuidado.<br />
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