LA BATTAGLIA DI RAVENNA - Mario Traxino

41) “...entre otras muchas cosas de grandísimo esfuerzo que los Coroneles al Conde
(Pedro Navarro) respondieron, fué, (la de) un Coronel llamado Samaniego, el cual
habia visto cómo los hombres de armas habian huido, que ninguno de los otros
Coroneles lo habian sentido, ni ninguna gente de la infantería, y (como) llegó á éste
Coronel el Conde, y le dijo que hiciese alzar y apercebir su gente, que á aquella
sazon toda estaba en el suelo tendida, y sin pensamiento de su vencidez, entónces
el Coronel...dijo al Conde: “Señor, nosotros bastamos para romper éste campo sin
ninguna gente de armas; por tanto, vamos á éllos”. Y ido el Conde,...éste
Coronel...se va á la gente de su escuadron, y muy alegre, y con grande ánimo, les
dice: “Ea, señores y hermanos mios, levantáos y vámos, que los enemigos
comienzan á huir, démos en éllos, que no son nada”. Y estando ansí la gente para ir
á arremeter á los enemigos, viene Fabricio Coluna, y pónese delante, y esforzando la
gente, le dijo: “Ea, señores y hermanos mios, que nosotros ya hemos roto los
hombres de armas de los franceses, por eso para vosotros queda la victoria de la
infantería”. Entónces, como un escuadron de los enemigos ésto viése, ...de hasta
ocho mil guascones y tudescos arremeten: ansimesmo los nuestros se van á éllos, y
afrontando el un escuadron con el otro, tal gana llevaban de acercarse los unos á
los otros y de tal manera se juntaron, que las picas suyas con las de los
nuestros se tocaban y ni los unos las podian rodear para herir á los otros, ni los otros
á los otros; y viendo ésto un Coronel llamado Artieda y otro llamado Joanes de
Arriaga, toman una pica, el uno por el hierro y el otro por el cuento, y métense entre
médias, y debajo de las unas picas de los nuestros y de las de los enemigos, alzan las
picas hácia arriba, y éllos metidos dejan la pica, y con espadas y rodelas viérades el
segar y derribar de los enemigos como peones en buen pan” (Relacion, pp. 281-
282).
42) “E benché la fanteria svizzera e spagnola sia esistimata terribile, nondimanco in
ambedua è difetto, per il quale uno ordine terzo potrebbe non solamente opporsi
loro, ma confidare di superarli. Perché li Spagnoli non possono sostenere e’ cavalli, e
li Svizzeri hanno ad avere paura de’ fanti, quando li riscontrino nel combattere
ostinati come loro. Donde si è veduto e vedrassi per esperienzia, li Spagnoli
non potere sostenere una cavalleria franzese, e li Svizzeri essere rovinati da una
fanteria spagnola. E benché di questo ultimo non se ne sia visto intera esperienzia,
tamen se ne è veduto uno saggio nella giornata di Ravenna, quando le fanterie
spagnole si affrontorono con le battaglie todesche, le quali servono el medesimo
ordine che le svizzere; dove li Spagnoli, con l’agilità del corpo e aiuti de’ loro
brocchieri, erano intrati, tra le picche loro, sotto e stavano securi a offenderli sanza
che li Todeschi vi avessino rimedio; e se non fussi la cavalleria che li urtò, li arebbano
consumati tutti” (Niccolò Machiavelli, “Il Principe”, cap. XXV). Secondo Machiavelli,
questo modo di combattere era già stato utilizzato dagli spagnoli contro i francesi
otto anni prima alla battaglia di Seminara (“Dell’arte della guerra”, libro secondo).
Anche se non ci risultano testimonianze dirette in proposito, riteniamo probabile
che i fanti iberici fossero addestrati a passare sotto le picche dei nemici.
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