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Centurion Argentina Summer 2018

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STYLE & BEAUTY EL

STYLE & BEAUTY EL VISIONARIO manufactura era la forma de que sus relojes llamaran la atención y fueran aceptados entre los coleccionistas. No hay muchas personas en esta industria dispuestas a discutir la diferencia entre «Antes de RM» y «Con RM». Es casi imposible sobreestimar su influencia. Lo que Mille aportó a un sector de la relojería sobrio y, en muchos aspectos, anacrónico fue un ingenio único para el diseño que conjuga múltiples técnicas y materiales propios de otros campos con un vigorizante énfasis en la innovación y el progreso. Incluso más de una década después de estos nuevos avances, Richard Mille sigue abanderando la ciencia de vanguardia aplicada a la creación de relojes. A pesar de todas estas innovaciones –entre ellas, la nueva composición del reloj de pulsera, los materiales de última generación o la colaboración con embajadores del mundo del deporte– es evidente que Mille nunca ha dejado de lado un pequeño número de técnicas consagradas, como el pulido negro, y en sus creaciones se siguen observando las superficies esmeriladas y pulidas y los cantos biselados. Esa sorprendente fusión de tradiciones consolidadas y tecnología moderna coloca a esta marca por delante del resto en cuanto a innovaciones que rompen moldes. Antes de fundar su propia marca, Mille fue director ejecutivo de Mauboussin, la firma francesa de joyería creada en 1827 que lo introdujo en el mundo de la relojería. En aquel entonces, Mille tenía en mente una revolución mayor: crear una nueva forma de reloj tourbillon capaz de trascender las dos dimensiones. Como él mismo explica: «Al principio de mi carrera, todos los relojes del mercado miraban hacia el pasado. Me resultaba contradictorio porque se utilizaban herramientas modernas –computadoras, CNC–, pero el reloj tenía el mismo aspecto que décadas atrás. Quería un nuevo reloj basado en diseños modernos y con nuevos materiales. Un reloj con el que vivir, un compañero para toda la vida». La pasión y los conocimientos de Mille por los autos de carreras sentaron las bases de su primer diseño que fue materializado por Renaud et Papi SA. De su planteamiento habían desaparecido la esfera y la disposición de puentes y platinas en dos planos; ahora los puentes eran estructurales y se disponían en torno a horquillas de suspensión similares a las de un auto de carreras, mientras que la platina posterior recordaba a las estructuras radiales de un motor de carreras. En su confección se habían empleado técnicas de acabado tan tradicionales como el pulido negro y las platinas esmeriladas. El impacto del diseño se dejó sentir en toda la industria. A principios de 2001, Yves Mathys, ahora director ejecutivo de la marca Richard Mille, tuvo su primer encuentro con esta nueva estética de la mano del propio Mille. «Era algo de otro mundo –exclama–. Me dejó completamente desconcertado. ¿Eso es un reloj? Era radicalmente distinto a cualquier pieza que hubiera visto antes. Y eso que llevaba años trabajando en esta industria». Desde aquel primer reloj –el RM001–, Mille ha seguido sembrando el desconcierto. «Siempre me ha interesado aprender de otros campos para aportar conceptos, ideas y nuevos parámetros a mis relojes y permanecer así a la vanguardia en términos tanto de rendimiento como de diseño radical», asegura. Por tanto, no resulta sorprendente que el primer embajador deportivo, el joven y prometedor piloto Felipe Massa, llegara del siempre innovador circuito de la Fórmula 1. El cometido fue fabricar un reloj tan ligero que Massa ni siquiera lo notara en la muñeca. A este modelo le siguieron varias primicias, entre ellas, el uso de nanofibras de carbono (material utilizado también en las pastillas de frenos del transbordador espacial) como platina base (RM006) o el empleo de Alusic, una aleación forjada en un horno centrifugador con suficiente presión para fusionar materiales tan dispares como el aluminio, el silicio y el carburo (RM009). En el RM021, Mille introdujo aluminuro de titanio ortorrómbico, un material normalmente reservado para los sistemas de poscombustión y los álabes de aeronaves para vuelos de gran altitud. La asociación de la marca con la Fórmula 1 se ha mantenido desde su primera creación –en un principio con Lotus Racing– y se ha forjado con la introducción de un medidor de fuerza-G en el reloj y cajas de carbono NTPT (North Thin Ply Technology), el mismo material empleado en la construcción de automóviles de Fórmula 1. Recientemente Richard Mille ha unido sus fuerzas a las del equipo McLaren Racing para crear el RM50-03, un maravilloso cronógrafo tourbillon con piezas elaboradas con grafeno, el material ganador del Premio Nobel. Pero para Mille no basta con incorporar nuevos materiales, sus relojes también incluyen innovaciones en ingeniería. En el RM27-01, un cable de suspensión fijaba el movimiento en el interior de la caja que luciría el brazo más potente del tenis, Rafael Nadal. En el RM38, una serie de puentes enrejados prestaban soporte al movimiento de Bubba Watson, el golfista con el golpe más contundente. Por su parte, el RM053, el modelo que lucía en su muñeca el mejor jugador de polo del mundo, Pablo Mac Donough, llevaba carburo de titanio y puentes 32 CENTURION-MAGAZINE.COM

«Quería un nuevo reloj basado en diseños modernos y con nuevos materiales. Un reloj con el que vivir, un compañero para toda la vida» FOTOGRAFÍA RICHARD BORD laterales. Este año se ha presentado un nuevo reloj para polo que incorpora los estudios realizados por Mille en tensión de cable y carbono NTPT, así como una nueva investigación sobre la rigidez estructural del cristal de zafiro en el reloj. Mille ha conseguido reproducir en miniatura la misma tecnología que permite a los cajeros de los bancos sentarse tras un cristal y protegerse de los potenciales atracadores. De hecho, la concentración que actualmente existe en el mercado de relojes con cristal de zafiro tiene su origen en la colaboración entre Mille y Stettler para crear cajas de relojes y puentes con ese material (RM056). Debido a la estructura en tres partes de la caja en un plano curvado, las piezas de cristal de zafiro tenían que encajar con absoluta precisión o la tensión interna de las piezas de la caja acabaría provocando fisuras y fracturas. Para hacer frente a este problema fue necesario inventar nuevas técnicas para el corte y pulido del cristal de zafiro. Más allá del deporte, la filosofía de Mille con respecto a los relojes también se aplica al arte y la joyería. En su colaboración con Boucheron para el RM018, Mille desarrolló un tren de engranajes elaborado con piedras semipreciosas. Lo que había surgido como una simple idea derivó en cuatro años de investigación y desarrollo de nuevas técnicas para laminar y pulir piedras semipreciosas, así como adherir láminas pulidas de ónix, ojo de tigre y lapislázuli a los engranajes de metal. Y para el RM68- 01, Mille hizo que el artista del grafiti Cyril Kongo midiera con precisión milimétrica la pintura que empleaba para asegurarse de que el grosor de la misma no alteraba las medidas y el equilibrio del movimiento del reloj. Y todo ello –la técnica, la innovación y la imposición del estilo de vida en el diseño y la función del reloj– demuestra que un Richard Mille es mucho más que un reloj; es un compañero de vida creado para acompañar a su dueño en todas las circunstancias. Gracias a la caja curva perfectamente adaptada a la muñeca, las actividades para las que fue diseñado el reloj –desde carreras y vela hasta polo, golf o tenis– se pueden realizar con naturalidad. En palabras del propio Mille, se trata de lograr el «reloj completo», la coreografía mecánica de una bella máquina en total armonía con las tradiciones relojeras y con el potencial de las técnicas de producción y los materiales modernos. El más futurista de todos los relojeros tiene una visión marcadamente tradicional del futuro. Sobre todo, y por su propio bien, sin artilugios. Insiste en que «el diseño se tiene que adaptar a la función, ya sea en el deporte o en la vida diaria», como siempre ha hecho. Y vaya donde vaya a continuación, con toda seguridad será una prolongación de lo que le interesa realmente. «El alma de la marca es una combinación de técnica extrema y desarrollo ligada a dispositivos útiles», explica resumiendo de forma elocuente la ética de la marca –y del hombre– que sigue redefiniendo las posibilidades de la relojería con cada nueva creación. richardmille.com Tiempos de cambio: la creatividad de Mille sigue alterando los límites de la relojería CENTURION-MAGAZINE.COM 33

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