Maristas de Hoy - Otoño 2020

Recordando a los maristas y la
epidemia de fiebre amarilla de 1873
por Susan J. Illis, Archivista, Archivos de la Sociedad de María, Provincia de EE. UU.
En 1863 los maristas llegaron a Luisiana para
comenzar su servicio misionero en la nueva
tierra. Si bien los idiomas, la religión y la
cultura eran similares a los que habían dejado en
Inglaterra y Francia, los misioneros encontraron
enfermedades desconocidas, al igual que lo
hicieron en Oceanía. La principal de ellas fue
la fiebre amarilla, una enfermedad transmitida
por mosquitos que causaba brotes mortales
en intervalos frecuentes y se alimentaba
principalmente de los recién llegados.
En 1873, los maristas vulnerables
experimentaron la "enfermedad de los extraños",
como también se conocía a la fiebre amarilla, y
cinco maristas del Jefferson College en Convent,
Louisiana, murieron durante un período de
seis semanas. El Rev. Henri Gaud, SM, nacido
en Francia en 1832, había sido nombrado
presidente del Jefferson College en 1870 y estaba
estableciendo su reputación como uno de los
sacerdotes más distinguidos de la arquidiócesis.
Aunque cuidar a sus colegas enfermos no era
una de sus responsabilidades presidenciales,
era un deber que, no obstante, asumía
desinteresadamente. El Rev. Matthew McGrath,
SM, prefecto y profesor, fue el primero en
enfermarse, seguido por el hermano Joseph
Michard, SM, quien murió el 15 de septiembre
de 1873. McGrath murió unas semanas después.
Después de cuidar a sus cohermanos durante
más de un mes, Gaud finalmente sucumbió
a la enfermedad el 8 de octubre de 1873. El
Rev. Peter Freyssinet, SM, uno de los maristas
originales del Jefferson College, también murió
unas semanas después de Gaud. Con un tercio
de la facultad diezmada por la enfermedad, la
universidad reabrió sus puertas a principios de
noviembre con el Rev. Jean-Baptiste Bigot, SM,
como presidente.
Unos días después de la muerte de Gaud,
llegaron las bulas papales de Roma,
nombrándolo arzobispo auxiliar de Nueva
Orleans. Si no hubiera sido víctima del flagelo
del azafrán, una denominación más fantasiosa
para la fiebre amarilla, Gaud habría sido el
primer obispo marista en los Estados Unidos.
Curiosamente, en 1906 James Blenk, SM, se
convirtió en arzobispo de Nueva Orleans cuando
su predecesor murió durante una segunda
epidemia de fiebre amarilla en el área.
Aunque todas las pérdidas maristas se sintieron
profundamente, el Rev. Gaud se lamentó
especialmente:
Durante cuarenta días, el buen Padre había
estado continuamente de pie, había luchado
valientemente contra la epidemia. Sus logros,
sus conocimientos teológicos, su carácter
generoso y su profunda piedad habían
convertido al padre Gaud en un hombre de
eminencia. En el momento de su fallecimiento,
las Bulas estaban en camino desde Roma,
preconizándolo como el coadjutor del
arzobispo de Nueva Orleans. Su fallecimiento
fue motivo de luto público.
En 1878, un segundo brote más severo de fiebre
amarilla devastó el valle del Mississippi y se
cobró 20.000 vidas. Los maristas se salvaron
de las muertes al principio del brote, y un
contemporáneo comentó: "El cielo estaba
satisfecho con el tributo que había pagado en
1873, cuando cinco de sus miembros cayeron
víctimas del mismo terrible flagelo".
El Rev. John Muncaster, SM, acababa de
completar un año académico de su primera
asignación en Jefferson College, donde
era adorado tanto por profesores como por
estudiantes. Con solo 27 años, creía que su
juventud y vitalidad lo protegerían de la
enfermedad. P. Muncaster pasó el verano
cumpliendo no solo en St. Michael's, la
parroquia marista en Convent, Louisiana,
sino que también ayudó en otras iglesias
que quedaron sin personal debido al brote y
también atendió las necesidades espirituales
de los afectados por la enfermedad. A pesar
de las terribles advertencias de quienes están
familiarizados con la fiebre amarilla, Muncaster
continuó a un ritmo frenético durante todo el
verano.
P. Muncaster fue llamado de regreso a Jefferson
College después de su ministerio en Bayou
Lafourche, un área en el sureste de Louisiana
que había sido severamente afectada por la
fiebre amarilla. Desafortunadamente, ya
había contraído fiebre amarilla y murió en
Donaldsonville, Louisiana, el 30 de octubre de
1878, donde fue enterrado inicialmente.
El Rev. John Grimes, SM, relató que en
diciembre de 1878, cuando los maristas fueron
a recuperar los frestos del P. Muncaster para el
entierro en Convent, Louisiana, descubrieron
que a pesar del clima invernal inusualmente
severo, un pequeño lirio blanco estaba creciendo
de su tumba. Aunque todos los árboles y plantas
circundantes estaban muertos, la flor blanca, que
simboliza la pureza y la resurrección, sobrevivió
en la tumba del joven Marista.
Para obtener más información sobre la historia
de los maristas durante múltiples brotes de
enfermedades, lo invitamos a ver la exposición
en línea “Unidos en una mente y un corazón: la
Sociedad de María y las epidemias” en:: https://
bit.ly/3nV09F8
Vista aérea del Colegio Jefferson , Convent, Louisiana, a principios de 1900
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