Maristas de Hoy - Otoño 2020

de el Provincial
Fr. Paul Frechette, SM
Cómo la Pandemia ha afectado a nuestras
comunidades Maristas
Cada junio la mayoría de nuestros miembros de la provincia de los
Estados Unidos se dirigen a la parte del Medio Oeste de los Estados
Unidos para nuestro retiro anual, asamblea y taller ocasional sobre
un tema oportuno. Muchos de nosotros esperamos esta pausa. Es un
tiempo para la oración, la celebración de la Eucaristía, la fraternidad,
la amistad y la reflexión sobre nuestros ministerios, ya que fuera de esa
semana muchos de nosotros somos absorbidos en las responsabilidades
diarias de nuestros propios ministerios.
Este año, todo cambió de repente. En un instante, al parecer, nos dimos
cuenta que, en última instancia, no tenemos el control.
Para muchos Maristas, el silencio forzado permitió tiempo para
sumergirnos más plenamente en la oración y renovar las relaciones con
el Señor y con los demás en nuestra comunidad local. Tuvimos más
tiempo para reflexionar sobre nuestra vida como religiosos y nuestras
responsabilidades como hermanos durante estos tiempos estresantes.
Vimos cómo la pandemia afectó a nuestros amigos, nuestras familias
y nuestras comunidades. Según el Departamento de Trabajo de los
Estados Unidos, desde mediados de marzo se han presentado alrededor
de 60 millones de reclamaciones por desempleo. A fines de septiembre,
el Centro para el Control de Enfermedades (CDC) informó más de
202,000 muertes por COVID-19.
Hace unas semanas, pedí a los miembros de la Provincia de Estados
Unidos que compartieran conmigo sus reflexiones sobre estos tiempos
difíciles. Sus respuestas me emocionaron. Un miembro de la provincia
escribió que la pandemia “me liberó de tiempo para hacer otras
cosas para la mente, el espíritu y el cuerpo. Me obligó a reflexionar
más detenidamente sobre lo que haré a continuación. … También
automáticamente me ralentizó. Disminuir la velocidad ayuda a la
reflexión, la oración, la lectura, el ejercicio y la intencionalidad de
lo que hago o no hago. Pero hay [también] un lado negativo [de esta
desaceleración]: mi ministerio se detuvo repentinamente. No pude tener
impacto de la pandemia, ya que muchas de las operaciones conjuntas de
misión planificadas para mayo y junio tuvieron que cancelarse debido
a las políticas de refugio en el lugar que estaban vigentes en muchos
estados. En un artículo dentro de esta edición de los aristas de hoy,
"Una rebanada de vida en 2020 en la frontera sur", el P. Tony O'Connor,
SM reflexiona sobre los desafíos que enfrentan los solicitantes de asilo
a los que él y otros feligreses ministran en la parroquia San Felipe de
Jesús en Brownsville, Texas. P. Tony enfatiza un mensaje del Papa
Francisco sobre la pandemia: “Nos hemos dado cuenta de que estamos
en el mismo barco, todos frágiles y desorientados, pero al mismo
tiempo importantes y necesarios, todos llamados a remar juntos, cada
uno de nosotros. en necesidad de consolar al otro ". (Urbi et Orbi, 27 de
marzo de 2020)
Además, en la sección central de este número, leerá sobre el impacto
que la pandemia ha tenido en algunas de nuestras comunidades
Maristas internacionales, específicamente en África, Brasil, Inglaterra
y Oceanía. Un hilo común que corre a lo largo de Centerspread es la
pregunta "¿Cuándo terminará esta pandemia?" Aunque nadie puede
responder a esto con precisión, se nos recuerda que estamos juntos en
este momento frágil y que con la gracia y la fuerza de Dios y unidos en
oración superaremos esta pandemia.
En conclusión, la pandemia nos está enseñando la fragilidad de
nuestro mundo. Como Maristas, estamos llamados a ser constructores
de puentes, instrumentos de esperanza y portadores de la Buena
Nueva. Este es el momento para que seamos portadores de esperanza
al responder a este llamado y responder a la pregunta "¿Quién
es mi prójimo?" Como nos recuerda el Superior General Marista
John Larsen, SM, “los países han cerrado sus fronteras y muchas
personas pueden verse tentadas a cerrar sus corazones por miedo
al virus, hay una necesidad especial de la frescura del amor del
Santo Espíritu que respira vida y gozo entre todos los cristianos ”.
Un miembro de la provincia escribió que la pandemia “me liberó de tiempo para hacer otras cosas para la
mente, el espíritu y el cuerpo. Me obligó a reflexionar más detenidamente sobre lo que haré a continuación.
acceso a los que encuentro a diario en el ministerio, ya sea en la escuela
o en la parroquia. Tuvimos que refugiarnos en un lugar que limitaba
nuestras experiencias sociales. Existe la ansiedad normal de lo que
sucede a continuación y ¿terminará esto alguna vez?"
Varios de nuestros Maristas que residían en hogares de ancianos
encontraron que el tiempo de encierro era solitario y aislado, ya que
no podían recibir visitas. Nuestra Oficina de Misión nacional sintió el
Continúa recordándonos que la Sociedad de María “habla de fronteras
abiertas, corazones abiertos y unidad de propósito”. Podemos animar
y acompañar a aquellos cuyos mundos pueden estar cerrándose sobre
ellos. La dimensión global de nuestra congregación es una expresión
de esperanza a medida que nos acercamos a nuestros vecinos. Tenga la
seguridad de nuestras oraciones continuas y que la dulzura de María
sea nuestra fuerza.
Otoño 2020 3