El largo camino a la justicia
Dos Erres: El largo camino a la justicia - Plaza Pública
Dos Erres: El largo camino a la justicia - Plaza Pública
- No tags were found...
You also want an ePaper? Increase the reach of your titles
YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.
44<br />
Louisa Reynolds / PzP<br />
Los tres kaibiles fueron condenados a 6,060 años de prisión<br />
por asesinato y delitos contra deberes de humanidad, mientras<br />
que a Carías se le agregaron seis años más por el delito<br />
de hurto agravado.<br />
XVIII<br />
Febrero de 2011. Ha transcurrido un año desde el juicio de<br />
Carlos Carías y los soldados kaibiles Daniel Martínez Hernández,<br />
Reyes Collin Gualip, y Manuel Pop Sun fueran condenados.<br />
Por unos instantes, Irma Valdéz dejó de mirar a María Juliana<br />
Hernández Morán de jueza a testigo y <strong>la</strong> miró de mujer<br />
a mujer.<br />
Le había leído una <strong>la</strong>rga frase con <strong>la</strong> cual le preguntaba, con<br />
un indescifrable léxico legal si era consciente del hecho de<br />
que cualquiera que dé falso testimonio ante <strong>la</strong> corte puede<br />
incurrir en una pena de cárcel, pero <strong>la</strong> anciana no sabía que<br />
tenía que aceptar <strong>la</strong>s condiciones a viva voz antes de proceder<br />
a dar su dec<strong>la</strong>ración y había permanecido de pie, con <strong>la</strong><br />
mano alzada y asintiendo con <strong>la</strong> cabeza.<br />
La jueza, con una voz suave como una caricia, le repitió <strong>la</strong><br />
pregunta, esta vez, con pa<strong>la</strong>bras sencil<strong>la</strong>s: “Doña Juliana. En<br />
<strong>la</strong> corte usted no puede decir mentiras porque si dice mentiras<br />
puede enfrentar una condena de cárcel. ¿Puede decir, en<br />
voz alta, si usted entiende eso?”.<br />
Como una colegia<strong>la</strong> asustada, María Juliana respondió: “Sí<br />
seño, yo no le voy a decir mentiras seño, todo lo que le voy a<br />
contar es <strong>la</strong> verdad”.<br />
La juez quedó satisfecha, le dijo que podía sentarse y le pidió<br />
a un secretario del Organismo Judicial que ayudara a María