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La repetición de las normas y valores convencionales<br />
del género en nuestra “comunidad” es una de las problemáticas<br />
actuales. ¿Cómo existir de manera genuina y<br />
auténtica en la permanencia de nuestros propios paradigmas<br />
y anhelos? ¿Cuál es el punto de convergencia<br />
que tenemos con la sociedad sin difundirnos y homologarnos<br />
con el todo? ¿O es que no exigimos tener<br />
derechos iguales y ser ciudadanos reales?<br />
Las violaciones a nuestros derechos humanos siguen<br />
existiendo de manera alevosa y deliberada; la creación<br />
de fiscalías especializadas desde la Asamblea Legislativa,<br />
Senado de la República e institutos autónomos<br />
para que esclarezcan e intervengan en la prevención de<br />
los crímenes de odio por homo, lesbo, trans y bifobia<br />
sigue estando en el aire.<br />
La implementación de financiamiento para capacitación<br />
de académicos y funcionarios públicos en materia de<br />
derechos humanos LGBTTTI, sigue estando pendiente.<br />
El Estado no considera en su Plan Nacional de Desarrollo<br />
recursos para realizar investigación en las problemáticas<br />
sociales de este sector. El CONACYT, aún no tiene<br />
líneas especializadas en temas de sexualidad y<br />
diversidad. Son muy pocas las instituciones académicas<br />
que cuentan con departamentos de sexualidad y género<br />
con líneas de investigación propias: tan sólo la UNAM<br />
y UACM.<br />
Existe falta de financiamiento para concursos de programas<br />
y servicios a nuestra comunidad en líneas de salud,<br />
educación, trabajo, no discriminación. Hacen falta ferias<br />
y programas de contratación a nuestro sector de manera<br />
vigente desde la Secretaría del Trabajo y Previsión Social.<br />
Incidir para que las empresas y espacios de gobierno<br />
tengan cuotas de contratación específica a nuestra<br />
población, como lo es el caso de la Comisión de Derechos<br />
Humanos del Distrito Federal. Hace falta que los<br />
partidos políticos en nuestro país tomen líneas de<br />
acción en tanto programas vigentes, secretarías<br />
distritales, nacionales e incorporen en su plataforma el<br />
tema de las identidades sexo-políticas y transgenéricas<br />
como parte de sus agendas. Así como cuotas de militancia<br />
y candidaturas de líderes populares con trabajo<br />
territorial. Necesitamos la creación de una fiscalía<br />
especializada para denuncia de violación a derechos<br />
humanos cuando se niegan servicios del Estado en<br />
materia de salud, educación, trabajo y cultura.<br />
Los problemas en disyuntivas y paradigmas de nuestro<br />
sector hoy en día a más de 36 años de lucha y participación<br />
política son demasiados; los problemas reales en<br />
nuestra comunidad aún no terminan pese a la pérdida<br />
de sentido y desencanto por la participación política de<br />
la sociedad, en desarticulación con partidos políticos<br />
y sociedad civil. Nosotros como movimiento social de<br />
nuestro país, que siempre pugna y reivindica nuestros<br />
derechos como sujetos y ciudadanos, seguiremos reclamando,<br />
propugnando, buscando construir puentes generacionales<br />
con miradas distintas en proyectos colectivos,<br />
reconociendo y fortaleciendo nuestras autonomías.