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diseño del coro, el baptisterio y el hermoso retablo mayor, obra
del payanés Sebastián Usiña, maestro del siglo XVIII. Se destacan
las decoraciones florales en los nichos de los retablos laterales y
el púlpito de hermosa talla, que perteneció a la Ermita Vieja del
Señor de los Milagros, la talla quiteña de la Inmaculada
Concepción y el Cuadro de San Antonio, obra de la Escuela
Española Murillesca.
Iglesia de San Francisco
Construida en 1745 por el hermano jesuita Simón Schenherr. En
1870 es reconstruida la fachada, única parte de la edificación,
afectada con el terremoto de 1766. San Francisco es una de las
más preciadas joyas arquitectónicas de estilo colonial de la
ciudad. En su origen perteneció al Colegio y en 1767 cayó en
ruinas por la expulsión de los Jesuitas. La venerable Orden
Tercera de San Francisco la rigió entre 1808 y 1970, año que es
entregada a la Diócesis y restaurada. A la entrada se levanta la
imagen del Señor de la Buena Esperanza, junto con la del preso.
Iglesia de Santo Domingo
Los Padres Dominicos, inician la construcción del templo en 1588
que destruye el terremoto de 1766. Fue reconstruido con la
misma línea estilística de la Iglesia Mayor y de la antigua Ermita
y permaneció hasta 1930, cuando fue restaurado donde se
afectaron únicamente las fachadas y la ornamentación interior;
la estructura colonial permanece intacta.
Capilla de Santa Bárbara
En 1790 la Familia Escobar construye la Capilla en honor a Santa
Bárbara y en acción de gracia por haber salvado la vida a su hijo.
Al año siguiente la familia trae de Quito la bella imagen de la
Santa. En 1894 el Cabildo dona dos solares, para ampliar la
Capilla semidestruida por un temblor. El antiguo templo es
reemplazado por el actual que imita el castillo feudal donde vivió
la Santa. Se conservan las campanas hechas especialmente por
la Fundición Varela, en 1890.
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