05.11.2015 Views

lectura honor y seduccion

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

Por esta razón, se elegían los caballeros de entre los carniceros, carpinteros y herreros, porque eran fuertes de<br />

manos y estaban acostumbrados a herir y ensartar.<br />

29 En la tabla se guarda la ortografía con la que aparecen las descripciones de los sujetos.<br />

30 Don Juan José Cabarcas, natural de San José de Puerto Alegre, diócesis de Cartagena de Indias (1774), hijo<br />

de don Bernardino Cabarcas y doña Tomasa González. Obtuvo los grados de Bachiller en Filosofía y de<br />

Doctor en Teología. Fue canónigo magistral desde 1802. En 1798 el notario de Cartagena, Francisco María<br />

Núñez, tuvo pleito de disenso con él por haber corrompido a su hija y luego negarse a contraer matrimonio<br />

con ella. (Díaz, 2010)<br />

31 AGN. (Bogotá). Juicios Civiles de Bolívar. Sección Colonia, legajo 38, folios 553-561, 1764.<br />

32 Ibíd.<br />

33 Ibíd.<br />

34 Ibíd.<br />

35 Ibíd<br />

36 La opinión pública constituye un tribunal ante el cual se llevan las reclamaciones de <strong>honor</strong>, el tribunal de la<br />

reputación, tal como se lo ha llamado, y contra sus fallos no hay remedio. En los casos estudiados el papel de<br />

los testigos es muy importante para resolverlos. Generalmente los testigos son vecinos de los implicados y<br />

cuentan la historia desde su perspectiva de acuerdo con el testimonio del acusador, en su testimonio presenta<br />

los detalles de los acontecimientos. Los vecinos, familiares y “chismosos” son los principales jueces y<br />

veedores del <strong>honor</strong> y los valores sociales La víctima de una afrenta queda deshonrada en el momento en que<br />

se ve obligada a reconocer que ha sido deshonrado públicamente (Pitt-Rivers, 1977, 24). Entonces, acudir a<br />

los tribunales tiene como objetivo recuperar el <strong>honor</strong> que se perdió en el conocimiento público de la situación<br />

y recibir una compensación por el evento deshonroso.<br />

El conflicto entre <strong>honor</strong> y legalidad es fundamental pues recurrir a la ley en busca de desagravio es confesar<br />

públicamente que se ha sufrido un agravio y la demostración de vulnerabilidad pone en peligro el <strong>honor</strong>,<br />

peligro del que no le salva en absoluto la satisfacción de la compensación legal de manos de las autoridades<br />

seculares. (29)<br />

Cuando el <strong>honor</strong> se ve impugnado se lo puede vindicar pero el poder para impugnar el <strong>honor</strong> de otro hombre<br />

depende de la posición de los contendientes. Se considera que un inferior no posee <strong>honor</strong> suficiente para<br />

agraviarse por la ofensa de un superior. Un superior puede pasar por alto la afrenta de un inferior, ya que si el<br />

<strong>honor</strong> no se ve comprometido por ella, si se puede decidir castigar un atrevimiento. Los contendientes en un<br />

duelo deben reconocer la igualdad ya que están en condiciones iguales en él (30).<br />

Aunque el código penal español defiende los delitos contra el <strong>honor</strong>, sólo se inicia proceso a petición de la<br />

parte dañada. Las disposiciones legales además de cómo declaración ideológica, sirven también para validar<br />

los derechos de los individuos cuya conducta enjuiciada en otros casos, puede estar justificada por referencia<br />

al <strong>honor</strong>. Por esta razón no muchos denunciaban. Las sanciones que mantienen el código de <strong>honor</strong>, en el<br />

pueblo son populares y se basan en el ridículo y la burla, ésta es destructora de la reputación ya se emplee<br />

contra otro como desafío o como sanción colectiva en forma de ridículo público. (51)<br />

Está aceptado que los jóvenes que se enfrentan a la oposición del padre de la muchacha fuercen a aquél a<br />

conceder la mano de ésta escapándose a pasar la noche juntos. Después de esto, su aceptación como pareja<br />

casada, su matrimonio de preferencia, es el único modo como se puede recuperar el <strong>honor</strong> (53).<br />

Las mujeres que son madres solteras o abandonadas en algunos casos siguen con sus familias y no son<br />

tratadas de sinvergüenzas, su posición es parecida a la de una joven viuda, no tiene esperanzas de nuevas<br />

nupcias pues el hombre que desee casarse con ella quedará deshonrado, el <strong>honor</strong> exige casarse con una virgen<br />

porque si no sería un cornudo retroactivo. Si su conducta no da para decir que es “de la vida fácil” se la<br />

designa con la palabra deshonrada. (53)<br />

En resumen, el llevar los caso a juicio o exponerlos públicamente hace que el <strong>honor</strong> del ofendido corra<br />

peligro, sin embargo, esto se realiza cuando se ve en el ejercicio de la demanda o del reconocimiento público<br />

la oportunidad para vindicar el <strong>honor</strong> que ya fue afectado.<br />

37 AGN, Fondo Juicios Civiles de Bolívar, sección Colonia, Legajo X, folios 965-967, año 1788<br />

38 Solano, Sergio. Infancia de la Nación. Colombia en El Primer Siglo de la Republica. Cartagena: Ediciones<br />

Pluma de Mompox, 2011<br />

http://unicartagena.academia.edu/SergioPaoloSolano/Books/756853/INFANCIA_DE_LA_NACION._COLO<br />

97

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!