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A P U N T E S C O N T R A L A C R I S I S
nieros abundan, pero en especial para los industriales
y de telecomunicaciones. Existe un
marcado interés por encontrar especialistas en
todo lo que tenga que ver con metalmecánica,
electrónica e incluso química.
Rumbo a Alemania proporciona tres meses de
alojamiento en un piso compartido, algo que
minimiza la ansiedad de saber dónde vas a
vivir. Alquilar una vivienda en Alemania no es
sencillo ni barato, ya que se suele pedir tres
meses de fianza y otras garantías, incluso una
fotocopia de la Visa.
El idioma, fundamental
El idioma es otro escollo importante. “Las
empresas alemanas exigen un nivel de B1 o
B2. Pero si vales y realmente aportas valor
a la empresa, el idioma se aprende. Para los
tres meses busco una academia de cuatro
horas al día de alemán de lunes a viernes. Con
esfuerzo, puedes ponerte en un A2 frontera B1,
lo que te permite mantener una conversación
estructurada de antemano. Pero mi garantía
está supeditada al esfuerzo”. La tercera fase
consiste en acudir a entrevistas de trabajo, las
primeras solo para practicar, pero el objetivo
final es la consecución de un trabajo.” Una vez
pasan los tres meses se supone que la gente
ya tiene alas para volar, capacidad de ser independiente
y buscarse un piso compartido”,
enfatiza Jordi. Entonces se puede reducir el
número de horas de clase del idioma y seguir
haciendo mentoring.
“Lo primero es ayudar a
la gente a que descubra su
rumbo, sus intereses en la vida
profesional y personal”
Según Mauri, “hay gente que en quince días
se ha gastado 1.500 euros más la comida
para, al final, no encontrar nada. Eso es ir a
pegar tumbos. Yo maximizo posibilidades
para encontrar trabajo en seis o nueve meses.
Pero no solo depende de mí, la mayor parte
depende del máximo interesado. Eso optimiza
las posibilidades de éxito”. El programa Rumbo
a Alemania cuesta 4.000 euros y está previsto
que su precio suba a partir de enero de 2013.
Un importe equivalente al de muchos másteres.
Predicar con el ejemplo
No hay mejor profeta que quien predica
con el ejemplo. Es el caso de Jordi.
“La idea surgió hablando con mi mujer.
Tenemos dos niños, de 10 y 5 años, y
pensamos que en un mundo global es
bueno aprender idiomas, y afrontar
etapas de crecimiento personal y familiar.
Y además tengo la oportunidad de hacer
un trabajo que me gusta”. A final de este
verano, los cuatro marcharán a Múnich
para establecerse allí. Al profeta ya le
han secundado varios discípulos: uno
empieza en Alemania en octubre, y otro,
ingeniero de caminos, pasó la fase de
coaching pero optó por otro destino:
Chile. El perfil que más se adapta a este
programa es el de personas de entre
24 y 30 años, que son los más abiertos
a cambiar de aires. El primer destino,
el rico lander de Baviera, cuya tasa de
paro es inferior al 3%.
Alemania según Jordi Mauri
INFOINDUSTRIAL II TRIMESTRE 2012
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