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POLÍTICA
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Para la investigadora Cristina Escobar, quien
colaboró en la elaboración del libro junto con
otros expertos, la participación política a través
de las fronteras y la doble nacionalidad que
describe como “expresiones de la transformación
del Estado en esta nueva era de globalización
y creciente migración internacional”
se han convertido en fenómenos comunes en
todo el mundo.
Escobar refiere que en Estados Unidos,
importante punto de destino de la migración
latinoamericana, un número creciente de inpuede
considerarse una revolución en ciernes
debido a las implicaciones que trae aparejadas
a nivel internacional.
Mateos expone que mediante el uso de
varios pasaportes estos “ciudadanos múltiples”
tienen acceso a migración fluida, turismo y
negocios sin visado, así como a educación y
servicios públicos en varios países, o a la salida
inmediata de una determinada nación en momentos
de crisis.
“Estas oportunidades permanecen cerradas,
o son de muy difícil acceso, para las personas
que solo cuentan con una nacionalidad”,
resalta.
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Agrega que estudiosos del tema han llamado
a la adquisición de la ciudadanía “el derecho
permanente de retorno”, el mejor estatus migratorio
que se puede conseguir, porque además
de permanente es heredable a los descendientes
y otorga nuevos derechos en todo el mundo,
a diferencia de un permiso de residencia
permanente que es individual, se puede perder
y generalmente solo otorga derechos en el país
de residencia.
Por lo que hace al caso de México, el coordinador
de la obra itii
grirtitiori, destaca
que las personas con derecho a la doble ciudadanía
de nuestro país y Estados Unidos ascienden
a 15.5 millones en ambos países, cifra
que podría alcanzar los 21 millones si algún día
los seis millones de mexicanos indocumentados
que viven en la Unión Americana tuvieran
la oportunidad de acceder a la ciudadanía
estadunidense.
Pablo Mateos resalta en entrevista que en
años recientes se ha observado una clara tendencia
de los Estados latinoamericanos a reconocer
la doble nacionalidad como una
estrategia para mantener vínculos activos con
su diáspora (migración de sus ciudadanos a
otros países), lo cual genera un rápido aumento
de la ciudadanía múltiple entre migrantes
latinoamericanos.
Añade que uno de los principales factores
del reciente y renovado interés en la transmisión
intergeneracional de la ciudadanía en
América Latina ha sido el actual incremento
de la renta per cápitade los países de emigración
histórica, como España, Italia y Portugal,
y el deterioro o estancamiento económico en
las naciones de inmigración histórica en Latinoamérica.
Es decir, agrega, que de alguna manera al
revertirse los papeles que jugaron estas regiones,
históricamente se generó un fuerte incentivo
para que los descendientes de
emigrantes europeos intenten
recuperar un pasaporte de
la Unión Europea a través
de sus ancestros, como
una estrategia de salida
en tiempos de crisis
económica.
Y apunta que si
bien estos flujos migratorios
se han vuelto
a revertir parcialmente a
raíz de la crisis económica
desatada desde 2008, para muchos
migrantes la posesión de una
ciudadanía europea es un objetivo clave a
asegurar antes del retorno, al capitalizar la
experiencia migratoria en un activo que podrá
ser transmitido y facilitará futuras migraciones
o movimientos a escala global.
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migrantes latinoamericanos se están convirtiendo
en ciudadanos con doble nacionalidad
gracias a las leyes de sus naciones de origen
que les permiten conservar su nacionalidad al
naturalizarse en el país de destino.
Explica que al mismo tiempo que estos inmigrantes
se integran al sistema político de la
Unión Americana, también se han convertido
en miembros activos de la comunidad política
de sus países de origen como resultado de la
ampliación de los derechos políticos de los emigrantes
que han promovido estas naciones.
Menciona que Estados Unidos ha mantenido
una política “tolerante” de
facto hacia la doble ciudadanía,
por lo que ha trasladado la
decisión sobre este estatus
a los países de origen:
en consecuencia, las
naciones de América
Latina han sido las que
han dictado los cambios
constitucionales y legislativos
que han permitido
a sus expatriados obtener la
doble ciudadanía.
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Al respecto hace ver que el caso de México es
el ejemplo de un país donde el Estado asumió
un papel de liderazgo para el establecimiento
de la doble ciudadanía, al aprobar la ley de
retención de nacionalidad impulsada en el
contexto de la reforma constitucional de 1996.
Menciona que los principales argumentos
a favor de esta ley, aprobada después de que
los consulados y la Secretaría de Relaciones
Exteriores llevaron a cabo consultas entre los
líderes de la comunidad en Estados Unidos,
eran que la ley permitía a los migrantes defenderse
de las leyes antiinmigrantes de Estados
Unidos e iba a proteger mejor sus derechos al
permitirles adoptar la nacionalidad estadunidense
y participar en las elecciones.
De ahí que autorizar que ciudadanos mexicanos
se naturalizaran en Estados Unidos fa-
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