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crece (no lo hizo en promedio el año pasado)
luego de haber sorteado la última crisis financiera
con una salud envidiable.
“Se ha visto atrapada por una combinación
de factores negativos, como el desplome de los
precios de las materias primas, la desaceleración
de China y una notable debilidad del consumo
e inversión privados afectados por la escasa confianza
de las empresas y las familias”, explica.
Tanto el FMI como la Comisión Económica
para América Latina y el Caribe (CEPAL)
adelantan que el PIB de la región registró en
2015 una contracción de 0.3%, que para este
año podría recuperarse marginalmente para
ubicarse en 0.8 por ciento.
Se trata de un mosaico variopinto. Así lo
precisa quien dirige los destinos de la bolsa de
Madrid: “Mientras en 2015 México creció 2.5%,
Brasil retrocedió en la misma proporción. La
inflación en Brasil se situó en 10% y el banco
central ha intentado contenerla manteniendo
los tipos en 14.25%, el mayor en nueve años.
En Chile, Perú y Colombia el PIB ha crecido
entre 2 y 3%, la mitad de lo que venían haciendo
en esta década”, puntualiza.
Por supuesto que todo ello derrama un
efecto de traslado que se refleja en los mercados
de valores. Los inversores en bonos han
reducido sus posiciones de modo intenso y los
mercados de acciones experimentan un comportamiento
desigual.
Así, por ejemplo, refiere Zoido, la bolsa
brasileña bajó 6% hasta finales
de octubre pasado; las bolsas
de Perú y Colombia también
acumularon fuertes pérdidas
y la Bolsa Mexicana de
Valores logró mantenerse
en terreno positivo con 3
por ciento.
“Desde la óptica europea,
para el inversor con cartera en
euros el comportamiento ha sido
mucho peor debido a la fuerte depreciación
de las divisas en línea con lo ocurrido en
el conjunto de los países emergentes. El real
brasileño ha perdido 30% frente al dólar en
2015, el mayor retroceso de las divisas de los
países emergentes”, añade el directivo.
No obstante, desde España —para este
2016— se mantiene la confianza en América
Latina, destaca Zoido, partiendo de una realidad
incontestable ya que acumula algunos de
los mayores recursos naturales y de menor
costo de explotación incluyendo petróleo,
metales, minerales y productos agrícolas. “Esto
hará que su demanda en el largo plazo mejore
y, por tanto, sus precios también a medida que
mejore el crecimiento global”.
En lo fundamental hay un deseo vehemente
por conseguir la estabilidad del PIB mundial.
Para ello los emergentes son imprescindibles
y de entre estos los BRICS(Brasil, Rusia, India,
China y Sudáfrica) enfrentan sus propias particularidades
con una coyuntura de bajón del
ciclo, en unos más pronunciada que en otros.
El año pasado Brasil contrajo 3% y Rusia
lo hizo 3.8%; en tanto China subió su PIB en
6.8%, India en 7.3% y Sudáfrica en 1.4%. Mientras
que para el año recién nacido la prognosis
del organismo internacional concede -1% para
Brasil, -0.6% para Rusia; 6.3% para China, 7.5%
para India y a Sudáfrica 1.3 por ciento.
Expecaiva
Si bien México no está en los BRICS es un emergente
floreciente y la buena noticia, esclarece
Delia Paredes, directora de Estudios Económicos
de Grupo Financiero Banorte, es que el país lleva
varios años de crecimiento sostenido.
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itrili.
En la animosidad de la nación
azteca habrá que estar muy
al pendiente de los acontecimientos
en Estados Unidos.
Paredes considera
que en 2016 la economía
norteamericana oscilará
entre 2 a 2.5 por ciento.
“Para México implica
que la demanda externa será
muy favorable e impactará en
el crecimiento, mientras que en factores
internos debemos considerar que la demanda
interna se está recuperando como
señal de una mayor confianza y eso terminará
contribuyendo favorablemente en el PIB”,
puntualiza la economista.
www.vertigopolitico.com
ri
etropreios deisivos
Para Grupo Financiero Banorte México
podría alcanzar en 2016 un PIB de 2.7%, una
expectativa un poco más optimista que la del
FMI y la CEPAL: el primero le rebajó la nota de
crecimiento en 2015 a 2.25% y la situó en 2.5%
para este año y la CEPAL le dio 2.2% el año pasado
y 2.5% en 2016.
Estados Unidos en 2015, según el FMI, finalizó
con un alza del PIB de entre 2.5 y 2.6%;
y en 2016 la expectativa sigue siendo positiva
con un crecimiento cercano a 2.8 por ciento.
Si bien intranquiliza el tipo de cambio en
el sector productivo nacional, no se descarta
que la divisa estadunidense siga fortaleciéndose
respecto del peso y demás divisas emergentes
e inclusive lo haga respecto del euro.
Al respecto, Paredes recuerda el principio
de que el tipo de cambio bajo coadyuva a
dinamizar el motor exportador por el simple
hecho de que la moneda más fuerte adquiere
mayor poder adquisitivo, mientras la otra
se abarata impactando costos y precios. “El
peso, de forma preliminar, podemos decir