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EL ESCRITOR Y EL MIEDO<br />

"L<br />

legará un día en que nuestros hijos, llenos de vergüenza,<br />

recordarán estos días extraños en los que la honestidad más<br />

simple era calificada de coraje". Yevgeny Yevtushenko<br />

La cobardía es una flaqueza que solemos disculpar en un<br />

escritor. “De los cobardes no se ha escrito nada”, decimos,<br />

convencidos de que muchas veces son los cobardes los que<br />

escriben. Los que sobreviven a la balacera desde algún sitio<br />

protegido y luego intentan reproducir los pensamientos finales<br />

de los muertos. Como al fotógrafo que en lugar de impedir que<br />

maten al prójimo recoge el momento en que es asesinado<br />

perdonamos al escritor todas sus cobardías a condición de que<br />

no nos mienta enfocándose mucho más allá, en las zonas más<br />

plácidas de la existencia, cuando frente a nosotros o dentro de<br />

nosotros mismos hay tanto en juego.<br />

Pero todo lo anterior es aplicable a mundos más o menos<br />

normales donde los riesgos y el miedo consiguiente existen en<br />

cantidades razonablemente humanas. En los otros, en los que el<br />

miedo es tan ubicuo como el oxígeno en este planeta, tan puro<br />

que se nos hace invisible de pura costumbre, la escritura o la<br />

simple honestidad sólo sobreviven alimentadas por grandes<br />

porciones de valor. Y no es que en esos mundos se deje de<br />

escribir. Al contrario, se escribe abusivamente pero aquellas<br />

palabras estarán tan cerca de la verdad que persigue toda<br />

verdadera literatura (por pequeña e íntima que sea esa verdad)<br />

como una postal de playas y cocoteros de los cuadros de<br />

Velásquez o El Bosco. Allí el lujo de la cobardía está fuera del<br />

alcance de cualquier escritor que intente sostener la antigua<br />

sacralidad de su profesión: esa signada por el mandamiento de no<br />

emplear la palabra (humana) en vano.<br />

Algo de esa fatal convicción comparte un escritor como Ángel<br />

Santiesteban cuando no sólo supera su miedo a la hora de escribir<br />

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